Líder

 

 

Viernes, 06 de diciembre

 

Todo el que sigue a Jesús lo hace por una razón u otra. En los evangelios encontramos a Jesús constantemente rodeado de multitudes de personas que le seguían y cada uno de ellos tenía una razón específica para hacerlo. En nuestro mundo las cosas siguen siendo iguales, a nivel mundial, semana tras semana, millones de personas se reúnen en iglesias cristianas y cada persona que asiste tiene sus circunstancias y razones únicas por las cuales ha decidido seguir a Jesús. Algunos se convirtieron en seguidores de Jesús porque se sentían solos, mientras que otros decidieron seguirle porque tenían situaciones financieras, emocionales, físicas o relacionales. Pero todos tienen una razón para seguir a Jesús.

 

Cuando tú y yo decidimos seguir a Jesús lo hicimos con una razón en mente, el otro lado de la moneda es que cuando Jesús nos invita a seguirlo Él también tiene una razón en mente. Desde su perspectiva, el objetivo final de un seguidor es convertirlo en un líder. Cuando Jesús inicialmente invitó a sus discípulos a seguirle, todos los que aceptaron la invitación tenían su propia agenda. En su mayoría esperaban que Jesús los liberara del Imperio Romano y restableciera a Israel como la nación más poderosa de la tierra. Pero Jesús tenía otro plan para ellos. Jesús les había dicho: “vengan, síganme y haré de ustedes pescadores de hombres”. Probablemente esto les pasó por encima de sus cabezas, sus metas personales eran tan fuertes que oyeron pero no escucharon. La verdad es que nosotros también seguimos a Jesús por nuestra propia razón, hay algo o alguien de quien queremos librarnos y hay un reino que esperamos que Jesús establezca para nosotros. Y por eso muchos de nosotros y los millones de seguidores que se reúnen semana tras semana a menudo perdemos de vista el hecho de que la invitación de Jesús a seguirle es una invitación a convertirnos en algo, en un pescador de hombres.

 

Mateo 28: 18-20 NLT

 

Jesús se acercó y dijo a sus discípulos: «Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos».

 

Después de que Jesús resucitó pero antes de que ascendiese al cielo, El reunió a aquellos a quienes inicialmente había invitado a seguirlo y les ordenó a hacer discípulos por todas las naciones. Esto era la culminación de su invitación inicial. Ahora era el momento de ser pescadores de hombres, porque aquellos que aceptan la invitación a seguir a Jesús eventualmente se convertirán en pescadores de hombres. Si quieres saber si eres un seguidor de Jesús es simple, ¿estás participando en el proceso de pescar? Porque, el objetivo final de ser un seguidor de Jesús es llevar a otros a seguir a Jesús.

 

Padre Celestial aunque sé que vine a Jesús con una agenda mía, hoy en día no hay nada que desee más que obedecerte y cumplir ese gran mandamiento que nos dejaste a todos lo que hemos decidido seguirte. Ayúdame a cada día más ser un mejor pescador de hombres, sigue poniendo en mi camino las oportunidades para que yo pueda seguir llevando a otros a una relación creciente contigo.