Descanso para el alma

 

 

Lunes 09 de julio de 2018

 

 

Si una oferta suena demasiado buena, lo más probable es que no sea cierto. Has escuchado las afirmaciones de “Si vienes a mi seminario vas a convertirte en una persona rica”, “Toma mi fórmula especial de vitaminas y pierde peso sin hacer ejercicios”. “Es la oferta de toda una vida”. Siempre hay alguien intentando estafarnos. Luego viene Jesús y nos hace una oferta tan buena que a menudo la dejamos pasar por desapercibida.

 

Mateo 11: 28-30 (NVI)

 

»Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana».

 

Esta tiene que ser la oferta más exagerada de todos los tiempos: “Vengan a mí TODOS ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso”. Jesús, ¿quieres decir que puedo traerte todas mis heridas? ¡Sí! ¿Todos mis complejos? ¡Sí! ¿Y todos mis malos hábitos también? ¡Sí! y cualquier otra cosa que te tenga cansado y agobiado, inclusive todos tus pecados y errores. Para muchas personas esta oferta que pasa desapercibida es como un regalo sin abrir.

 

Razones por las cuales no aceptamos la oferta:

 

  1. Orgullo – No necesito la ayuda de nadie, esto lo puedo hacer por mi cuenta.
  2. Culpa – Mis pecados y errores son demasiado grandes.
  3. Miedo – Dios me va a pedir que haga algo que no quiero hacer.
  4. Preocupaciones – ¿Y sí? ¿Y si no funciona? ¿Y si Dios no me responde?
  5. Dudas – No puede ser tan fácil.

 

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán. – Jesús (Mateo 25:35 NVI)

 

Si Dios, que no puede mentir, ¿te a mentir precisamente a ti? Sé que cuando analizas tu vida esta oferta puede parecer imposible de creer. Pero déjame hacerte una pregunta, ¿qué tienes que perder?

 

Amado Jesús gracias por darme la oportunidad de entregarte todas mis cargas, incluyendo mis complejos, malos hábitos, heridas y cualquier otra cosa que me impida vivir la vida plena que Tú deseas para mí. No permitas que mi orgullo, culpa, miedo, preocupaciones y dudas no me dejen acercarme a ti. Gracias por recordarme que tu palabra nunca pasará y que sólo tengo que ir a ti creyendo que Tú no mientes, y que aunque suene muy bueno para ser verdad, tu oferta es real y está disponible para mí.