Recaídas
Viernes 03 de agosto de 2018
La vida no es perfecta; vivimos en un mundo imperfecto. Nuestras vidas son una mezcla de cosas buenas y otras malas. A veces hay más cosas buenas y otras veces pareciera ser que hay más cosas malas. Una de las razones por las cuales la vida no es perfecta es porque como individuos nosotros mismos no somos perfectos. Digo esto porque a menudo sabemos lo que debemos y no debemos hacer pero no siempre lo hacemos. Y aun cuando nos comprometemos a hacer lo correcto no siempre somos consistentes y de vez en cuando recaemos y regresamos a algunos de nuestros malos hábitos.
Cuatro razones por las que recaemos
- Porque volvemos a depender de nuestra fuerza de voluntad
Todos tenemos heridas, complejos y malos hábitos que no hemos sido capaces de superar, para algunos es su pasado, para otros su comportamiento y para otros sus malos hábitos y adicciones. Así que nos rendimos a Dios, confiamos en Él y le pedimos que nos libre de los defectos que no hemos podido superar. Y de repente comenzamos a experimentar el poder de Dios en nuestras vidas; de repente nos sentimos como si estuviéramos en control de aquello que antes nos controlaba. De repente sentimos que las heridas del pasado, los complejos y los malos hábitos del presente ya no nos controlan. Ahora nos sentimos fuertes, nos sentimos en control y con el tiempo dejamos de apoyarnos en Dios y volvemos a depender de nuestra fuerza de voluntad. La misma fuerza de voluntad que no fue suficiente para sanarnos y liberarnos al principio.
¿Será posible que sean tan tontos? Después de haber comenzado su nueva vida en el Espíritu, ¿por qué ahora tratan de ser perfectos mediante sus propios esfuerzos? – Gálatas 3: 3 NTV
“No es por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales. – Zacarías 4: 6 NTC
- Porque ignoramos o pasamos por alto algunos de los pasos
Esto es similar a la persona que va a un médico con problemas del corazón y el médico les prescribe un régimen de dieta, ejercicios y descanso. Dentro de unas semanas el corazón de esa persona comienza a fortalecerse. Ahora la persona se siente tan fuerte que decide omitir la dieta, el ejercicio o el descanso y en poco tiempo su corazón comienza debilitarse de nuevo. Como seguidores de Jesús necesitamos aprender a seguir todos los pasos y como cristianos el último paso es repetir todos los pasos anteriores.
Ustedes iban por buen camino. ¿Quién les impidió obedecer a la verdad?
– Gálatas 5: 7 NTV
- Porque lo intentamos hacer por nuestra propia cuenta y sin apoyo
Nunca eres lo suficientemente fuerte como para conquistar tus situaciones por tu propia cuenta. Es por eso que a la iglesia se le llama el cuerpo de Cristo, porque todos los miembros del cuerpo son necesarios.
Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito. Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas. – Eclesiastés 4: 9-10 NTV
- Porque nos llenamos de orgullo
Un poco de éxito y de repente somos expertos, lo sabemos todo. Ahora nos hemos convertido en mentores y consejeros. Ahora miramos a los débiles y los criticamos, nos llenamos de orgullo. Y de repente y sin aviso recaemos de nuevo a nuestros comportamientos malos y destructivos del pasado.
El orgullo va delante de la destrucción, y la arrogancia antes de la caída. – Proverbios 16:18 NTV
“Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil”. – Marcos 14:38 NTV
Padre Celestial gracias por todo lo que has estado haciendo en mi vida estas últimas semanas a través de las 8 Decisiones Sanadoras que estoy tomando, por favor no permitas que vuelva a mi condición del principio por tratar de hacerlo de nuevo por mis propias fuerzas, o por ignorar algunos de los pasos que ya me enseñaste, o por no contar con el cuerpo de Cristo y llenarme de orgullo. Líbrame de todo mal Señor y de nuevo te doy las gracias por ser tan bueno y alertarme a tiempo para que no tenga una recaída.
Robert Cruz Jr.
Bobby Cruz Jr. became Senior Pastor of CDA Miami in 1999, continuing the work that his father, Bobby Cruz began in 1980. Bobby Jr. is an engaging speaker whose passion is to lead people in a growing relationship with Jesus. He has five children and he lives with his wife Ana in Doral, FL.