Lunes, 01 de octubre de 2018

 

No importa quién eres, adónde estés, lo que sepas y lo que tengas, hay algo seguro, vas a pasar por momentos difíciles en tu vida. Algunos de ustedes presentemente están atravesando dificultades, y hay otros que ahora mismo las cosas les van muy bien. Pero para aquellos de ustedes a quienes las cosas les van bien quiero dejarles saber que es sólo cuestión de tiempo para que se volteen y también se encuentren en tiempos difíciles. Y luego dirás, todo iba bien y de repente me quedé sin trabajo, mi pareja me dijo que se quiere separar, descubrí que mi hijo tiene un problema de drogas, fui para un chequeo y el médico me dio una mala noticia, todo iba bien y de repente. Si hay algo cierto en la vida es que vendrán momentos difíciles.

 

A menudo vemos las dificultades inevitables de la vida como algo negativo, pero para aquellos de nosotros quienes seguimos a Jesús se supone que deberíamos ver las dificultades como una de las herramientas mas efectivas que Dios utiliza para crecer y fortalecer nuestra fe. Sí, es verdad que las dificultades son incómodas y también es verdad que nuestra meta es salirnos de ellas lo antes posible. Pero tus dificultades tienen un gran valor divino.

 

En el Nuevo Testamento Santiago les escribe a un grupo de personas Hebreas que están atravesando grandes dificultades para recordarles que es precisamente en medio de las pruebas que Dios perfecciona la fe de ellos. Pero el problema para ellos, al igual que para nosotros hoy en día, es que no queremos pensar que las pruebas tienen un gran valor divino. Por eso cuando las cosas nos van mal inmediatamente comenzamos a orar para que Dios nos libre de la prueba. Pero Santiago les comunica a estas personas que en medio de las dificultades necesitamos orar, pero no orar para que Dios nos libre si no para que nos de la sabiduría necesaria para atravesar el problema.

 

Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Santiago 1: 5 NVI

 

Cuando leemos este versículo es importante entender el contexto. Santiago les está escribiendo a personas hebreas que estaban siendo expulsados de las sinagogas, aislados de sus comunidades y aun abandonados por sus familias, y todo esto por haber depositado su fe en Jesús. Y les escribe para decirles que en vez de orar para que Dios los libere de la prueba mas bien deberían orar para que Dios les dé sabiduría para atravesar la prueba. Nosotros queremos salirnos de la prueba pero Dios quiere atravesemos la prueba. Oramos para que Dios nos quite los problemas pero Dios quiere darnos sabiduría para sobrepasar la prueba. ¿Sabes por qué? porque al final de cada prueba tu fe en Dios será más fuerte y más profunda. Porque al final de cada prueba vamos a conocer y confiar en Dios más de que lo que cualquier bendición podría hacerlo. Así que Santiago dice que en las pruebas deberíamos orar para que Dios nos de sabiduría; y lo bello es que Dios promete dárnosla abundantemente, por que Dios desea que seamos creyentes maduros en la fe sin que nos falte nada.

 

Padre Celestial dame sabiduría para atravesar los momentos difíciles, sé que son necesarios para que mi fe en ti sea más fuerte y profunda, como dijo Job después de sus pruebas, de oídas te había oído pero ahora mis ojos te ven. Ayúdame a pasar por las dificultades sabiendo que estás en control porque Tú eres un Dios bueno y compasivo.