UN DADOR DISCIPLINADO

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Un Dador Disciplinado

Jueves, 08 de octubre

 

Me debes

Estudios recientes demuestra que las personas nacidas entre los años 1982-1985 son la generación más avariciosa en nuestros más de 220 años de historia. Un estudio reciente muestra que cuando los estudiantes se gradúan esperan que el salario de su primer trabajo sea por encima de los $53,000.00 con tres a cuatro semanas de vacaciones y promociones inmediatas. Muchos de estos estudiantes abiertamente admiten que su objetivo es tener éxito con la menor cantidad de esfuerzo posible. Pero esto no ocurre sólo con los jóvenes de esta generación, los estudios también demuestran que más que nunca antes las personas viven dependientes y esperando que el gobierno y otras agencias se responsabilicen de todo; desde la comida hasta servicios de Internet gratis, desde pagarles los estudios hasta las casas donde viven y todo lo demás que quede por el medio. No sólo estamos viviendo en la era de la generación más avariciosa de nuestra historia, sino que en muchos aspectos también estamos viendo la generación más indisciplinada que hasta ahora ha habido. Porque las personas avariciosas hacen lo que quieren, en vez de lo que deberían hacer con su dinero, talentos y recursos.

La Avaricia

La avaricia provoca pleitos; confiar en el Señor resulta en prosperidad.

Proverbios 28:25 NVI

La avaricia dice “me debes”. El gobierno me debe, mi pareja me debe, mis padres me deben, mis hijos me deben; la avaricia siempre dice que alguien que nos debe algo. La avaricia está tan acentuada en esta generación que un alto porcentaje de personas que se llaman a sí mismos cristianos creen que Dios también les debe. Que Dios les debe una mejor vida, una mejor salud, prosperidad y todo lo demás. El problema con la avaricia es que cuando piensas que no estás recibiendo lo que deberías tener, esto dará lugar a todo tipo de desacuerdos y peleas. Porque alguien me debe, porque Dios me debe. La avaricia provoca pleitos pero el confiar en el Señor resulta en prosperidad.

Confiar en el Señor.

Hay más bendición en dar que en recibir.

– Hechos 20:35 NVI

Imagínate lo que sucedería si sólo aquellos que nos llamamos cristianos de verdad confiásemos en Dios. Imagínate si en lugar de preocuparnos en recibir nos enfocásemos en dar, y si en vez de hacer lo que queremos con nuestros dinero, talentos y recursos, confiásemos en Dios e hiciéramos lo que deberíamos hacer con lo que tenemos. Imagínate si de verdad creyésemos que hay más bendiciones en dar que en recibir. Como las promesas de Dios son ciertas esto nos llevaría a ser más prósperos y a tener menos pleitos. Obviamente que no todos los que se llaman cristianos van a hacer esto, se excusarían diciendo que sus circunstancias no se los permite, te dirían que es imposible para ellos. Pero los quiero retar a confiar en Dios y convertirse en dadores disciplinados, confiando en Dios y haciendo lo que se debe hacer en lugar de lo que quieres hacer con tu dinero, talento y recursos. Los reto a confiar en Él y priorizar el dar por encima de recibir. Priorizar el darle a Dios lo que le corresponde y el considerar importante las necesidades de los demás.

Pruébenme en esto —dice el Señor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde.  – Malaquías 3:10 NVI

Padre Celestial gracias porque tu Palabra es verdadera, cada vez que te creo y confío plenamente en ti veo tu bendición de manera sobreabundante, ayúdame a hacer lo que debo siempre con la intención correcta, por agradecimiento a todo lo que haces por mí que no merezco, y no para esperar que me bendigas, que de igual forma lo haces porque siempre me extiendes tu gracia y amor.