Orando Por Propósito – Bobby Cruz Jr

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Jueves, 18 de febrero

Sin Dios la vida no tiene sentido. Pero hay un Dios que te creó con un propósito divino, y tu vida tiene un profundo significado. Pero como te he mencionado antes, a menudo descubrir cuál es ese propósito puede ser una tarea difícil. Quizás sea por eso que se han escritos tantos libros “de autoayuda”, como una herramienta para descubrir tu propósito. El problema es que la mayoría de esos libros están escritos desde un punto de vista que se centra en ti mismo. Sin embargo, nuestro propósito no se encuentra en nuestra ambición personal, nuestro propósito se encuentra en los propósitos de Dios. Por lo tanto los libros de autoayuda te pueden ayudar con tus ambiciones personales, pero en lo que no te pueden ayudar es en descubrir y desarrollar tu propósito divino. La Biblia nos enseña que fuimos creados por Dios y para Dios, por lo tanto, la mejor manera de descubrir y desarrollar nuestro propósito es preguntándole a Dios. Orar es fundamental en el descubrimiento y el desarrollo de tu propósito. Pero ¿de que manera deberías orar? Y, ¿porqué deberías estar orando?

Primero, orar “Hágase tu voluntad”.

A menudo le estamos pidiendo a Dios que bendiga lo que estamos haciendo cuando más bien deberíamos de estar pidiéndole a Dios que nos permita participar de lo que es bendición. Jesús enseñaba que nuestra oración debería comenzar con “hágase tu voluntad” y no la nuestra. Después de todo nuestro propósito se encuentra en Él y no en nosotros mismos.

Segundo, orar por una oportunidad.

¡Oh Señor, te suplico que oigas mi oración! Escucha las oraciones de aquellos quienes nos deleitamos en darte honra. Te suplico que hoy me concedas éxito y hagas que el rey me dé su favor. Pon en su corazón el deseo de ser bondadoso conmigo». En esos días yo era el copero del rey. – Nehemías 1:11 NLT

Nehemías deseaba tener una oportunidad para compartir con el rey de Persia su deseo de reconstruir los muros de Jerusalén. El problema es que no había ninguna razón lógica para que el rey le diese el permiso de ir a reconstruir a Jerusalén. Por lo tanto Nehemías decidió orar, la Biblia dice que él oró y ayunó por varios días. Pero fíjate que Nehemías no oraba para que Dios le concediese un milagro, él oraba para que Dios le concediese una oportunidad. Digamos que tu corazón se siente por tus amigos y familiares que no conocen a Jesús como su Salvador, no sólo deberías orar por ellos. También deberías orar que Dios te conceda la oportunidad de compartir la buenas noticias de salvación con ellos. Nehemías no le pidió a Dios un milagro o una intervención sobrenatural, simplemente oró que le fuese concedida la oportunidad de compartir delante del rey lo que en su corazón sentía por Jerusalén.

 Tercero, ora por un favor.

Nehemías le pidió a Dios que le concediese favor delante del rey. Y con buena razón, porque a menos que Dios no tocara el corazón del rey no habría manera de que a Nehemías se le permitiese ir para reconstruir los muros de Jerusalén. Pero cuando Nehemías presentó su visión por Jerusalén ante el rey, no sólo el rey le dio permiso para ir a Jerusalén, sino que también le dio el dinero y los recursos necesarios para el viaje y la obra.

El orar llevará tu propósito divino más allá de todas las posibilidades humanas, porque el orar hace lo imposible posible.

Padre Celestial sé que puedo ir confiadamente ante tu trono de gloria en calidad de hijo, sé que siempre me escuchas y que la oración tiene poder, por eso te pido que por favor me ayudes, no sólo a mostrarme cuál es mi propósito divino, sino a desarrollarlo. Necesito tu intervención sobrenatural en mi vida, de la misma manera que la necesitó Nehemías.

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@ Casa De Alabanza Miami

Domingo, 21 de febrero @ 11AM

 

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