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Martes, 12 de abril

Prevaleciendo sobre todos los obstáculos y distracciones, uno puede llegar sin fracasar a su meta o destino elegido. – Cristóbal Colon

 

Después de muchos intentos de detener a Nehemías y al pueblo de la reconstrucción de los muros de Jerusalén ya finalmente estaban a punto de alcanzar la meta. La mayor parte de la reconstrucción ya se había llevado a cabo; todas las paredes estaban levantadas y lo único que faltaba era colocar las puertas. Cuando los enemigos de la obra se dieron cuanta de que ya quedaba poco para terminar decidieron intentar detenerlos una vez más. En lugar de tratar de asustar y de amenazar al pueblo como lo habían hecho anteriormente en esta ocasión decidieron enfocar su último intento directamente contra Nehemías.

 

Nehemías 6: 1-4 NVI

Sambalat, Tobías, Guesén el árabe y el resto de nuestros enemigos se enteraron de que yo había reconstruido la muralla, y de que se habían cerrado las brechas (aunque todavía no se habían puesto las puertas en su sitio). Entonces Sambalat y Guesén me enviaron este mensaje: «Tenemos que reunirnos contigo en alguna de las poblaciones del valle de Ono.» En realidad, lo que planeaban era hacerme daño. Así que envié unos mensajeros a decirles: «Estoy ocupado en una gran obra, y no puedo ir. Si bajara yo a reunirme con ustedes, la obra se vería interrumpida.» Cuatro veces me enviaron este mensaje, y otras tantas les respondí lo mismo.

 

El dedicar un poco de tiempo para reunirse con sus enemigos no parecería ser una mala idea, por el contrario, esto podría haber sido una gran oportunidad. De la manera como estaba escrito el mensaje parecería que los enemigos de la obra querían hacer las paces con Nehemías. Pero Nehemías veía esta oferta como una distracción; Nehemías entendía que el llamado principal de Dios para su vida era reconstruir los muros de Jerusalén y no iba a dejar que nada lo distrajese de esa obra. Lo que tal vez para muchos otros hubiese sido una gran oportunidad, para Nehemías era solo una distracción más. Sólo observa la respuesta repetida de él a la oferta que le hicieron: «Estoy ocupado en una gran obra, y no puedo ir. Si bajara yo a reunirme con ustedes, la obra se vería interrumpida.»

 

Diariamente se nos van a presentar lo que parecen ser grandes oportunidades, pero con el potencial de distraernos de las cosas importantes para las cuales Dios nos ha llamado a cumplir. Ya que precisamente son las buenas oportunidades las que tienen el máximo potencial de distraernos. Pero si hemos de lograr el propósito divino de Dios para nuestras vidas necesitamos entender que son las cosas buenas las que tienen el potencial de distraernos de las cosas divinas. Y de la misma manera, como en el caso de Nehemías, cuando se nos presenten estas oportunidades tenemos que aprender a responder: «Estoy ocupado en una gran obra, y no puedo ir. Si bajara yo a reunirme con ustedes, la obra se vería interrumpida.»

 

Gracias amado Padre, porque me previenes en todo momento para que no me desenfoque de lo que me has mandando a hacer para cumplir tu propósito divino en mí, ayúdame a mantener mis ojos puestos en ti y en las cosas divinas, para que cuando cosas que parezcan buenas vengan a mi vida yo pueda decir y actuar correctamente dentro de tu voluntad.