Comprometidos a agradar a Dios – Bobby Cruz Jr

 

 

Miércoles, 31 de agosto

 

Muchas veces como cristianos nuestra fe y nuestras acciones no coinciden; lo que hacemos y lo que decimos a veces es contrario a lo que creemos. Y hay razones por las que esto sucede. Una de las razones es que somos imperfectos; cometemos errores y no siempre hacemos lo que es correcto. Otra razón es por nuestra falta de conocimiento; a veces simplemente no tenemos suficiente conocimiento y cometemos errores. Inclusive otra razón es la hipocresía, hay algunos cristianos que por satisfacerse a sí mismos dicen una cosa pero luego hacen otra. También existe un grupo de falsos cristianos; estas son personas que dicen que tener fe pero es mentira y es sólo para su beneficio personal. Y finalmente están los que a pesar de su imperfección honestamente tratan de vivir su fe de manera que agrade y honre a Dios.

 

Aun los héroes de la Biblia a menudo su fe no coincidía con sus acciones. Abraham, por ejemplo, en múltiples ocasiones mintió diciendo que su esposa era su hermana. Noé, después de sobrevivir el diluvio decidió celebrar emborrachándose. El Rey David embarazó a la esposa del capitán de su ejército y luego lo sentenció a muerte para ocultar su pecado. De nuevo, aun los más grandes héroes de la Biblia su fe no coincidió con sus acciones. Todos excepto uno de ellos, Jesús, el hijo del hombre, el Hijo de Dios. Recuerda que cuando Jesús habitó entre nosotros tenía las mismas limitaciones que todos nosotros. Él tuvo que padecer las mismas tentaciones que nosotros tenemos que padecer y tuvo que vivir con las mismas limitaciones que nosotros tenemos que vivir. Jesús el Hijo de Dios, el hijo del hombre en un cuerpo humano no era omnipotente, omnipresente y omnisciente, al igual que nosotros estaba limitado. Pero cuando analizamos la vida de Jesús siempre había una conexión entre sus acciones y sus palabras. ¿Qué es lo que lo hacía clase aparte?

 

Juan 8: 28-29 NTV

Por eso Jesús dijo: «Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre en la cruz, entonces comprenderán que Yo Soy. Yo no hago nada por mi cuenta, sino que digo únicamente lo que el Padre me enseñó. Y el que me envió está conmigo, no me ha abandonado. Pues siempre hago lo que a Él le agrada».

 

Lo que causa que Jesús sea clase aparte cuando lo comparamos con los demás héroes de la fe cristiana era su compromiso de hacer y decir sólo lo que Dios quería que Él hiciese y dijese. El éxito de Jesús fue que su fe compaginaba con sus acciones por causa de su compromiso de hacer siempre lo que agradaba a Dios. Lo sorprendente es que si alguna vez hubo alguien tuvo el derecho de hacer y de decir lo que quisiera ese fue Jesús. Pero Jesús estaba completamente comprometido sólo a hacer aquello que agradase a Dios.

 

Si queremos nosotros también podemos ser hombres y mujeres de fe; podemos ser personas cuya fe compagina con nuestras acciones, pero para lograr esto vamos a necesita la fuerza de voluntad para comprometernos a hacer la voluntad de Dios, vamos a tener que comprometernos a vivir vidas dedicados a agradar a Dios y no a nosotros mismos.

 

El ponerse en los zapatos de Jesús es comprometerse a vivir nuestras vidas para agradar a Dios y no a nosotros mismos.

 

Padre Celestial lo que más deseo en este mundo es agradarte a ti, sé que te fallo y que muchas veces lo que digo y hago no concuerda con la fe que tengo en ti. Ayúdame a cada día de mi vida a imitar a Jesús, que se dedicó a agradarte a ti y nunca a sí mismo, ayúdame a que lo que digo y hago esté de acuerdo con la fe que profeso de ti. Gracias porque a través de mi relación contigo es posible que yo viva esa clase de fe.