Agradecimiento No Expresado – Bobby Cruz Jr

 

Viernes, 25 de noviembre

 

En este fin de semana de Acción de Gracias, ¿por qué estás agradecido? ¿A quién le estás agradecido? ¿Cómo expresas tu agradecimiento? Pregunto porque el agradecimiento no expresado casi siempre se percibe como ingratitud. La ingratitud es uno de esos defectos de carácter que es fácil de ver en otros pero es muy difícil de ver en uno mismo. Y probablemente se debe a que confundimos lo que sentimos con nuestras acciones. El hecho de que te sientas agradecido con alguien es bueno, pero créeme, a menos que se lo expreses, esa persona te percibe como alguien mal agradecido.

 

Un día Jesús iba viajando a Jerusalén. De camino entró en una aldea y de lejos diez hombres que padecían lepra le gritaban: “¡Maestro, ten piedad de nosotros!” Y Jesús les dijo: “Vayan y preséntese ante los sacerdotes”. Mientras iban, fueron sanados. Uno de ellos, un samaritano, al darse cuenta del milagro regresó y cayó a los pies de Jesús y le daba las gracias por lo que había hecho.

 

Lucas 17: 17-18 NVI

 Jesús preguntó: «¿No sané a diez hombres? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Ninguno volvió para darle gloria a Dios excepto este extranjero?.

 

Al leer la historia de estos hombres, nuestra reacción es pensar que los nueve que no regresaron eran unos malagradecidos. Después de todo esto había sido un gran milagro. Se supone que estos hombres estaban destinados a vivir segregados del resto de la población y sufrir la incomodidad y el dolor de su enfermedad para el resto de sus vidas. Pero estoy convencido de que si pudiésemos haber entrevistado a los nueve que no regresaron y les preguntásemos, ¿no estaban agradecido? Apuesto a que habrían respondido, por supuesto que estamos agradecidos, lo más seguro es que habrían reconocido el gran milagro. Y apuesto a que nos hubieran dicho que estarían agradecidos con Jesús por el resto de sus vidas. El problema es que nunca se lo dijeron.

 

Estos nueve hombres tenían que haberse sentido agradecidos, pero nunca expresaron lo que sentían y esto causó que Jesús los percibiese como malagradecidos. Lo mismo es cierto en nuestras vidas, que aunque nos sintamos agradecidos con nuestros padres, parejas, hijos, amigos, líderes espirituales y mentores, a menos que se lo expresemos, ellos probablemente nos van a percibir como personas malagradecidas. También sucede en nuestra relación con Dios. Que aunque digas: “Dios sabe que me siento extremadamente agradecido con Él”. Estoy seguro de que Dios sabe todas las cosas, incluyendo nuestros sentimientos. Pero no obstante Dios percibe la gratitud no expresada como ingratitud.

 

Esta semana de Acción de Gracias sé agradecido, no sólo con tus palabras, sino también con tus acciones y exprésale tu agradecimiento a Dios y a aquellas personas que te han ayudado a avanzar en tu vida. Una persona agradecida es aquella que está dispuesta a regresar para agradecerle a aquellos que les han ayudado a avanzar.

 

Padre Celestial tú me conoces y sabes qué tan agradecido estoy por todo lo que hiciste, haces y harás por mí, no tengo cómo pagarte primeramente el precio de la salvación, y después toda la gracia y amor que derramas sobre mí. Quiero devolverme para agradecértelo como hizo el leproso; también ayúdame a expresarle a todas las personas que has puesto en mi vida lo agradecido que estoy con cada una de ellas, no sólo con mis palabras, sino con mis frutos.

 

 

Quisimos detenernos un minuto para decir, !GRACIAS!