Sin temores

 

 

Viernes, 15 de septiembre

 

Los Temores

El miedo es ese sentimiento de angustia que se apodera de ti cuando te sientes amenazado por algo o alguien. Existe el temor al peligro, a circunstancias adversas o a personas malas, al dolor físico y al dolor emocional; así como también existen una serie de temores que son completamente irracionales. ¿A que le temes tú?

Impotente

El sentimiento de impotencia es el que alimenta la mayoría de los temores. Comencé diciendo que el temor es ese sentimiento de angustia que se apodera de ti cuando te sientes amenazado por algo o alguien. La forma de eliminar esa angustia es eliminando esos temores y la forma de eliminar esos temores es no sintiéndote impotente. Si tuvieras el poder suficiente para enfrentar a todas las personas o circunstancias que te amenazan entonces no tendrías temor alguno.

No Temas

El mandato más repetido en toda la Biblia es, “No temas”. Pero el problema es que cuando nos sentimos impotentes nuestra reacción natural es temer. Lo mismo puede decirse de los discípulos de Jesús. En una ocasión Jesús abordó una barca con sus discípulos y sin aviso alguno se desató una tormenta tan fuerte que amenazaba con hundir la barca. Los discípulos hicieron todo lo posible para tratar de salvarse a sí mismos pero pronto se dieron cuenta de que no tenían poder suficiente para lograrlo, por lo que decidieron despertar a Jesús que se encontraba durmiendo. Jesús se levanta y les dice: “¿Por tienen tanto miedo?” Entonces Él reprendió a los vientos y a las olas y de inmediato todo se calmó. Algún tiempo después de este incidente Jesús manda a sus discípulos a bordo de otro barco y les dice que Él se encuentra con ellos luego. Así que los discípulos se subieron al barco y al anochecer se encontraron atrapados en una tormenta de vientos; después de luchar toda la noche en contra de los vientos sin éxito alguno, Jesús viene a ellos caminando sobre las aguas, cuando los discípulos lo vieron empezaron a gritar de miedo. Pero Jesús les dijo: “No tengan miedo, Soy Yo”. Después de estos dos incidentes pensaríamos que habían aprendido la lección. Pero un tiempo después de estos episodios Jesús es arrestado y condenado a muerte. ¿Sabes lo qué hicieron los discípulos? Lo abandonaron porque sentían gran temor ante la amenaza. ¿Y sabes por qué sentían tanto temor? Porque se sentían impotentes.

¡Sin miedo!

Tres días después de que crucifican a Jesús Él resucitó y al reunirse con sus discípulos les dice que no hiciesen nada hasta que no recibiesen el regalo del Espíritu Santo. Jesús se fue y poco después el Espíritu Santo descendió sobre ellos y comenzaron a predicar sobre Jesús, e inclusive sanaron a un paralítico. Pronto fueron arrestados y arrojados en la cárcel por esto. Al día siguiente fueron interrogados por las mismas personas que arrestaron, sentenciaron y crucificaron a Jesús. Y mira la pregunta que les hicieron:

Hechos 4: 7-8 NVI

—¿Con qué poder, o en nombre de quién, hicieron ustedes esto? Pedro, lleno del Espíritu Santo, les respondió:

Los invito a abrir sus Biblias y que lean toda la respuesta de Pedro. Pero él básicamente les dijo: es verdad que ustedes crucificaron a Jesús y que nos pueden hacer lo mismo a nosotros, pero ya no les tenemos miedo, ya no nos sentimos impotentes. ¿Sabes lo que hizo la diferencia? No fueron las enseñanzas y las lecciones que Jesús les dio, fueron las enseñanzas combinadas con el poder del Espíritu Santo en Pedro y en el resto de los discípulos lo que transformó a unos hombres impotentes y llenos de temores en unos hombres sin miedo alguno.

Poder, es no temer aún cuando hay algo que temer y esto sólo se puede lograr a través del poder del Espíritu Santo.

Padre Celestial gracias por el poder de tu Espíritu Santo en mí que me ayuda a no sentirme impotente y por lo tanto a no tener miedo sea cual sea la situación. Ayúdame a siempre buscar de ti, porque es a través de mi relación íntima contigo que me das el poder para vivir sin miedo alguno.