Poder para Cambiar

 

 

Martes, 26 de septiembre

 

Un problema más grande

 

Nadie es perfecto, todos cometemos errores. Hay dos razones principales por las que cometemos errores, porque nos distraemos o porque carecemos de conocimiento. Cometer un error es tomar la vía equivocada por que te distrajiste. Cometer un error es llegar a la iglesia a las 11:30 porque no sabías que el servicio empezaba a las 11:00AM. La buena noticia en cuanto a los errores es que podemos aprender de ellos; podemos corregirlos y luego hacer los cambios necesarios. Sin embargo, tenemos un problema más grande y es que hay cosas malas o indebidas que hacemos o decimos que no las podemos corregir ni cambiar. Cuando sabes que no deberías actuar de cierta manera, pero continúas haciéndolo eso no se llama error. O cuando no puedes dejar de hacer o comportarte de manera que tu mismo dirías que esta mal, eso ya no es un error. Esto más bien es evidencia de un problema mucho más grande, es evidencia del pecado.

 

Nadie es perfecto, todos pecamos. Siempre hemos pensado que somos buenos y a veces hacemos cosas malas cuando es todo lo contrario, todos somos malos y a veces hacemos algo bueno. Nuestro problema no es que cometemos errores, nuestro problema es que somos pecadores. Cuando haces algo mal a sabiendas eso no es un error, es un pecado. Cuando premeditas un mal comportamiento y lo ejecutas eso ya no es un error sino un pecado. Podemos corregir nuestros errores, lo que no podemos hacer es corregir nuestros pecados. ¿No te has dado cuenta de que hay veces en tu vida que corriges el pecado sólo para entrar en otro o piensas que lo corregiste y unos días más tarde vuelves a hacer lo mismo? Eso es porque el pecado no es un problema de comportamiento, el pecado más bien es una condición con la cual todos nacemos. El pecado es parte de nuestro ADN, está en cada uno de nosotros, y no podemos escapar de él. El pecado es evidencia del hecho de que no podemos cambiarnos a nosotros mismos, el pecado es la prueba de que necesitamos una nueva vida, necesitamos comenzar de nuevo.

 

Tito 3:4-5 TLA

Pero Dios, nuestro salvador, nos mostró que Él es bueno, y que ama a todo el mundo, y nos salvó. Pero no lo hizo porque nosotros hubiéramos hecho algo bueno, sino porque nos ama y quiso ayudarnos. Por medio del poder del Espíritu Santo nos salvó, nos purificó de todos nuestros pecados, y nos dio nueva vida. ¡Fue como si hubiéramos nacido de nuevo!

 

La mala noticia es que todos somos pecadores, esa es la forma en que nacimos. La buena noticia es que Dios quiere hacer nacer en ti una nueva vida a través del poder de su Espíritu Santo. El primer paso para adquirir esta nueva vida es admitir que eres un pecador. El segundo paso es enchufarte y mantenerte enchufado al Espíritu Santo a través de la oración y la lectura de la palabra de Dios. Y luego formar parte del cuerpo de Cristo siendo parte de la iglesia local. Dios te ama y quiere cambiarte librándote de la condición del pecado. En algunas áreas Su trabajo es instantáneo, mientras que en otras áreas tendrás que tener un poco de paciencia, porque Dios se toma su tiempo para perfeccionar su obra en ti. Y no te preocupes, no importa lo imposible que pueda parecer, Dios siempre termina lo que comienza. Todo lo que necesitas hacer es mantenerte conectado al poder del Espíritu Santo.

 

El verdadero cambio sólo puede lograrse a través del PODER del Espíritu Santo obrando en ti.

 

Padre Celestial sé que estás trabajando en mí y perfeccionándome cada día más a través de tu Espíritu Santo, ayúdame a admitir delante de ti mis pecados y a mantenerme conectado a tu poder transformador, para que puedas completar la obra perfecta que comenzaste en mi vida.