El Fugitivo

 

 

Por razones que a veces no puedo entender, todos nosotros en alguna etapa de nuestras vidas hemos huido de Dios, inclusive muchas personas aún siguen huyendo de Él. Para algunos es todas las áreas de sus vidas, estos son los que dicen que aun no están dispuestos a entregarles sus vidas a Jesús. Para otros es en un área específica; quizás sea en el ámbito relacional, o en el laboral, tal vez sea un llamado de Dios al ministerio, muchos están empeñados en hacer lo contrario a lo que Dios les está pidiendo que hagan. Sin embargo, en la Biblia podemos descubrir fácilmente que cada vez que alguien decide huir de Dios, eventualmente desarrolla un patrón extremadamente peligroso.

 

Jonás 1: 1-4 NVI

La palabra del Señor vino a Jonás hijo de Amitay: «Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclama contra ella que su maldad ha llegado hasta mi presencia.» Jonás se fue, pero en dirección a Tarsis, para huir del Señor. Bajó a Jope, donde encontró un barco que zarpaba rumbo a Tarsis. Pagó su pasaje y se embarcó con los que iban a esa ciudad, huyendo así del Señor. Pero el Señor lanzó sobre el mar un fuerte viento, y se desencadenó una tormenta tan violenta que el barco amenazaba con hacerse pedazos.

 

Dios llamó a Jonás para ir a predicar a la gente de la ciudad de Nínive y por alguna razón él decidió huir del Señor. En vez de ir a Nínive, decidió comprar un boleto y montarse en un barco que iba en la dirección contraria a donde Dios lo había enviado. Cuando una persona decide huir de Dios desarrolla un patrón y uno de los primeros pasos en ese patrón es:

 

Huir a los lugares más peligrosos
Si vas a correr físicamente de Dios, ¿qué tan sabio es montarte en un barco? Esto es precisamente lo que hacen las personas que van huyendo de Dios, corren directamente a los lugares de mayor peligro.

 

Lo mismo sucede con el que dice “No estoy listo para seguir a Jesús, soy joven y quiero divertirme un poco, además estoy con alguien en este momento” ¿Cuan inteligente es tomar la decisión de huir de una relación con Dios para entrar en una relación con otra persona? ¡Nada malo puede suceder allí! ¿Verdad?

 

También pasa con el adulto soltero, a quien Dios está llamando pero en vez de seguir a Jesús decide huir de Él directamente entrando en un matrimonio. Una vez más, ¡no pasa nada con los matrimonios!

 

O la persona a quien Dios está llamando al ministerio, pero en vez de hacerle caso a Dios decide entrar en un negocio. ¡Estoy seguro de que en los negocios no hay peligro alguno!

 

Siempre será igual, no importa si son éstas las circunstancias u otras, cada vez que Dios te pide moverte en una dirección y decides hacerlo pero en la dirección opuesta, vas a terminar en lugares y circunstancias muy peligrosas.

 

¿Sabes porqué los que huyen de Dios terminan en lugares peligrosos?

 

El que huye de Dios está huyendo de la fuente de toda sabiduría
Y no importa que tan inteligente o astuto pienses que eres. No importa cuánto lo planifiques y cuantas preparaciones hagas, eventualmente los que huyen de Dios terminan tomando decisiones malas y peligrosas, porque van huyendo de la fuente de sabiduría.

 

El que huye de Dios está huyendo de la fuente de toda verdad
Jesús dijo: “Yo soy la verdad”. Cuando huyes de esta fuente es muy fácil aceptar las mentiras de este mundo, ahora es sencillo creer que lo que nunca ha funcionando para nadie sí va a funcionar para ti. Es fácil pensar que vas a ser la excepción de la regla y es que el que rechaza la verdad eventualmente tendrá que aceptar la mentira.

 

El que huye de Dios no sólo está huyendo de la fuente de toda sabiduría y toda verdad, sino también está huyendo de la fuente del amor incondicional, del propósito, de la vida y de todo lo que es bueno.

 

Hay buenas y malas noticias para los que deciden huir de Dios. La buena noticia es que puedes correr pero no te puedes esconder, Dios no salió corriendo detrás de Jonás pero Él lo estaba esperando. La mala noticia es que Dios lo estaba esperando con una gran tormenta. Dios no saldrá corriendo detrás de ti, Él estará esperando por ti y va a utilizar las cosas rutinarias de la vida para causar una tormenta tan violenta que vas a tener que mirar a la dirección donde Él está. Pero hay una manera más simple de evitar las tormentas de la vida y es “no huyas de Dios”.

 

Es simple, cuando decides huir de Dios vas a terminar en lugares y circunstancias extremadamente peligrosas.

 

Padre Celestial mantenme alejado de la tentación de huir en la dirección contraria a ti cuando me pidas que haga algo, todo lo contrario, quiero estar unido siempre a la fuente de la verdad, la sabiduría y el amor y esa fuente eres sólo Tú amado Jesús.