De Madrugada

 

 

De Madrugada

Miércoles, 31 de enero de 2017

 

“Dios mío, ¡tú eres mi Dios! Yo te buscaré de madrugada….“- Salmos 63: 1 RVC.

 

En mi opinión, de todos los Salmos que el Rey David compuso, el Salmo 63 tuvo que haber sido escrito en el momento más estresante y doloroso de su vida. El Salmo 63 fue escrito en el desierto de Judá, un lugar en donde David había estado por lo menos tres veces, pero ninguna de las otras ocasiones fue tan terrible como la de esa vez. Como ya sabrán, el Rey David tuvo muchas esposas e hijos. Uno de los hijos de David fue Absalón y él tenía una hermana muy atractiva. Su nombre era Tamara. Uno de los otros hijos de David, éste de otra esposa, se enamoró de su media hermana Tamara. Se llamaba Amnon. Amnon estaba obsesionado con su hermana hasta el punto de enfermarse. Y un día ocurrió lo impensable, Amnon tramó un plan para estar con su hermana a solas y violarla. Tan pronto como logró su depravado plan, la Biblia dice que Amnón inmediatamente odió a su hermana más de lo que se había obsesionado con ella.

 

Cuando Absalón, el hermano de Tamara, se enteró de lo que Amnon había hecho, como te puedes imaginar, se puso furioso. Pero decidió que este asunto debería ser presentado ante su padre, el Rey David. Cuando David escuchó la historia, él también se enfureció, pero no disciplinó a Amnón. Durante años, Absalón buscó la intervención de su padre, pero David ni siquiera se reunía con él para discutir el asunto. Un día, Absalón se cansó de esperar y ordenó a sus siervos que mataran a Amnón. Tan pronto como los siervos de Absalón mataron a Amnón, Absalón huyó. Durante tres años estuvo huyendo hasta que un día decidió regresar a Jerusalén para derrocar al reino de su padre y colocarse como rey sobre Israel. Al cabo de algún tiempo, Absalón levantó un ejército y fue tras su padre para matarlo. El rey David, en lugar de ir a la guerra con su hijo, decidió abandonar el palacio y escapar.

 

Fue bajo estas terribles circunstancias que el rey David compuso el Salmos 63, mientras estaba en el desierto de Judá. Pero fue en la quietud y la soledad que ofrece el desierto, temprano en la mañana, cuando aún no había salido el sol, que el rey David talló un espacio sagrado y escribió:

 

“Dios mío, ¡tú eres mi Dios! Yo te buscaré de madrugada. Mi alma desfallece de sed por ti; mi ser entero te busca con ansias, en terrenos secos e inhóspitos, sin agua, con deseos de ver tu poder y tu gloria, – Salmo 63:1-2 RVC

 

No es probable que alguno de nosotros sufra circunstancias tan espantosas como las que sufrió el Rey David, pero sí enfrentaremos tiempos difíciles; problemas de salud, problemas financieros, problemas relacionales, incluso problemas espirituales, viviremos momentos amargos y devastadores. En esos momentos es que más necesitamos buscar un lugar y una hora apropiada para pedirle a Dios que nos muestre Su poder y gloria. En los días más oscuros de David, buscar a Dios fue su prioridad, sólo para poder ver un poquito de Su poder y gloria, y esto era todo lo que David necesitaba para remontarse por encima aun de las circunstancias más inimaginables.

 

Preguntas:

  1. ¿Cuáles han sido algunos de los días más oscuros de tu vida?
  2. ¿Cómo enfrentaste esos momentos difíciles?
  3. ¿Por qué crees que David buscó a Dios temprano en la mañana?
  4. ¿Por qué crees que la petición de David era ver el poder y la gloria de Dios?
  5. ¿Por qué deberías encontrar un lugar y una hora donde no hayan distracciones para buscar a Dios?

 

Padre Celestial, Tú nos los advertiste, en este mundo vamos a tener aflicción, pero es en esos momentos oscuros y difíciles de mi vida que más debo buscar de ti con ansias temprano en la mañana; encontrarme contigo en ese espacio sagrado quieto y tranquilo, en donde tu poder y gloria se van a manifestar, para que yo pueda remontarme por encima de cualquier situación por difícil que parezca, de tu lado y bajo tu dirección.