¿Cara o cruz?

 

 

¿Cara o cruz?

Lunes, 12 de febrero de 2018

 

 

La meta de todo cristiano es amar a Dios con todo su corazón, alma y mente. Pero para algunos la meta es ser santo o una buena persona. El problema es que sin una relación personal con Dios nunca podrás ser verdaderamente bueno o santo. Mientras más le rendimos nuestros corazones a Dios, más nos acercamos a Dios y mientras más nos acercamos a Dios, más nos acercamos a la fuente de toda santidad y bondad. Ser bueno y ser santo no es algo que podamos hacer por nuestra propia cuenta; es el resultado de la obra de Dios en nuestra vida. Es por eso que la meta de todo cristiano es amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente.

 

También hay otro grupo de cristianos, aquellos que creen que la meta del cristianismo es la prosperidad, y si no lo creen, definitivamente actúan como si lo creyesen. Muchos de ellos dedican toda su vida a la búsqueda de adquirir y mantener riquezas. Incluso tienen organizaciones enteras dedicadas a promulgar el evangelio de la prosperidad personal. Pero al igual que, ser bueno o ser santo, la verdadera prosperidad solo puede venir de Dios. Ahora, antes de que llegues a conclusiones, quiero que entiendas que no tengo nada en contra de la prosperidad. Lo que quiero es que seas prudente, porque la meta final del cristianismo es amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente. El máximo obstáculo para rendirle el corazón a Dios es la búsqueda de adquirir y mantener las riquezas. La pregunta que todos deberíamos hacernos es, ¿en tu corazón la meta son las riquezas de Dios o la meta es buscar al Dios de toda riqueza?

 

“Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas. ” – Mateo 6:24 NVI.

 

La principal competencia de Dios en cuanto a obtener todo tu corazón no es el diablo, los cristianos no viven sus vidas divididos entre servir a Dios o al diablo. Pero sí conozco a muchos cristianos que viven sus vidas divididos entre el servir las riquezas o a Dios. La mayoría de sus decisiones se basan en obtener y mantener riquezas. Dónde viven, qué hacen y cuánto tiempo tienen para servir a Dios depende de las riquezas. Pasan más tiempo buscando riquezas que buscando a Dios y cuando buscan a Dios lo buscan con la esperanza de adquirir más riquezas. Si eres padre, y si no lo eres, pretende serlo por un momento. Imagínate tener hijos cuya relación contigo girara alrededor del dinero. Imagínate que cuando se comunican o pasan tiempo contigo el tema siempre sea el dinero. Imagínate que cuando más te agradecen es cuando les das dinero. Imagínate que te dijesen que te quieren pero que no tienen tiempo para pasar contigo porque están ocupados disfrutando del dinero que les diste. Ahora imagínate que su mayor fuente de enojo y frustración es cuando no les diste dinero, y porque no les diste dinero se dieron media vuelta y se alejaron.

 

No es o una o la otra, lo que no se puede es cumplir la meta de amar a Dios con todo el corazón y simultáneamente servirles a las riquezas. Ya sea que eres rico o te consideres pobre, tendrás que decidir a quién servirás, ¿a Dios o a las riquezas? También tendrás que decidir en quién vas a confiar, ¿en Dios o en el dinero? Recuerda que el principal competidor de tu corazón son las riquezas.

 

Preguntas:

  1. ¿Cuál piensas que es la meta principal del cristiano? ¿Por qué?
  2. ¿Puedes ser bueno o santo por tu cuenta? ¿Por qué o por qué no?
  3. ¿Cuál es tu creencia acerca de la prosperidad?
  4. ¿Alguna vez has tomado una decisión basada en tus riquezas o falta de riquezas en lugar de buscar el plan de Dios para tu vida?
  5. ¿Cómo puedes servirle y confiar en Dios con lo que tienes?

 

Padre Celestial, te amo con todo mi corazón, alma y mente, no sólo te amo Señor, sino que estoy tan agradecido por tu gran amor y misericordia para conmigo, por el privilegio que tengo de poder tener una relación íntima contigo. Perdóname por las veces que he servido a las riquezas en vez de a ti, porque no hay nada en este mundo que valga la pena si Tú no eres lo primero en mi vida.