Libertad financiera

 

 

Libertad financiera

Viernes, 02 de marzo de 2018

 

 

El consumidor estadounidense promedio paga alrededor de $7,000 dólares al año en intereses y aproximadamente $300,000 a lo largo de su vida. ¡Eso es mucho dinero! El 94% de los estudiantes universitarios se gradúan con deudas. El 60% de los hogares estadounidenses no pagan o no pueden pagar sus deudas de tarjetas de crédito todos los meses. Y sólo el 3% hace pagos adicionales a su hipoteca sistemáticamente. La verdad es que estamos pagando un alto precio, física, emocional e incluso espiritualmente por las cosas que compramos a crédito.

 

Debo admitir que, a menos que seas una persona independientemente rica, si planeas comprar una casa o un automóvil, tendrás que hacerlo a través del crédito. Pero ten en cuenta que el crédito no es tu amigo, así que úsalo sabiamente y sólo cuando sea necesario. El problema es que la cultura presente nos ha engañado  haciéndonos creer que, el crédito es una buena forma de elevar nuestro estilo de vida, que si comprar algo con 0% de interés es un buen negocio o que 90 días igual al efectivo también es un buen negocio.

 

Pero veamos brevemente cada uno de estos tres mitos:

 

  1. El crédito es una buena forma de elevar tu estilo de vida. Este mito sólo te permite disfrutar brevemente de las ventajas de un estilo de vida mejorado, pero terminarás pagando esos beneficios por mucho tiempo, inclusive después de que ya no tengas lo que compraste.

 

  1. 0% de interés es un buen negocio. Esta oferta está diseñada para atraer al consumidor a comprar cosas que normalmente no puede pagar. Dándole al consumidor una oferta de 0% de interés, pero si al final de los términos el consumidor no ha pagado la deuda en su totalidad, en el mejor de los casos tendrá que pagar una alta tasa de interés sobre el saldo restante y en la mayoría de los casos los intereses se acumulan y terminas pagando intereses sobre el precio total de la compra. 0% de interés es un buen negocio sólo si realmente puedes pagar el monto total.

 

  1. 90 días igual al efectivo. Esta oferta al igual que la oferta de 0% de interés está diseñada para atraer al consumidor a comprar artículos que no puede pagar. Y si al final de los 90 días no has pagado el precio total de la compra, también se termina pagando intereses sobre la compra completa. Una vez más, este tipo de oferta sólo es buena si realmente puedes pagar el monto total de la compra.

 

 

Así como el rico gobierna al pobre, el que pide prestado es sirviente del que presta.

– Proverbios 22: 7 NVI.

 

Sin excepciones, el que toma prestado siempre termina siendo servidor del prestamista. Y trabajarás todos los días para enviarle al prestamista tu dinero ganado con gran esfuerzo. Por favor, entiende que la razón de tu deuda es irrelevante en cuanto a este principio. No importa cuál sea el motivo por la que adquiriste la deuda, el que toma prestado es sirviente del prestamista. Ahora, el problema es que cuando elegimos consumir a través del crédito lo que no podemos pagar, estamos cediendo nuestra libertad al prestamista. Y si estamos sirviendo al prestamista, entonces no somos completamente libres para servir a nuestro Padre Celestial.

 

Cuando se trata de las finanzas personales, nuestro Padre Celestial no quiere que seamos esclavos del prestamista o de la institución financiera. Por el contrario, Él quiere que seamos libres para que podamos elegir voluntariamente servirle a Él. El primer paso hacia la libertad financiera es orar y reconocer cuales han sido nuestros errores. Y luego librarnos del mal hábito de comprar cosas que queremos con dinero que no tenemos.

 

Preguntas:

  1. ¿Tienes alguna idea de cuánto pagas en intereses cada año?
  2. ¿Cuál es tu opinión acerca del crédito?
  3. ¿De qué manera piensas que tus deudas limitan tu libertad?
  4. ¿Cómo te impiden las deudas servir plenamente a Dios?
  5. ¿Cuál es tu plan para salirte de las deudas?

 

Padre Celestial gracias por tu Palabra que es la guía perfecta para mi vida y me libra de muchos males, entre ellos las deudas, porque claramente me adviertes que me voy a convertir en esclavo de mi deudor. Sólo quiero servirte a Ti, por lo tanto te pido que me des el dominio propio para mantenerme alejado de la tentación de comprar cosas que no necesito con dinero que no tengo.