El Cristianismo y la Sociedad

 

 

Miércoles, 14 de marzo de 2018

 

Todavía recuerdo ese tiempo no muy lejano, cuando el cristianismo se tenía en alta estima y cuando la sociedad consideraba a los cristianos como un grupo de personas dignas de respeto. Pues atrás quedaron esos días; el nuevo secularismo le ha dado luz verde a la burla y al poder ridiculizar el cristianismo. Búrlate o habla mal de cualquier otra religión y puede que te encuentres siendo acusado de incitación al odio. Búrlate de cualquier grupo étnico, racial o social y terminarás condenado por la sociedad. Pero si te burlas del cristianismo serás aplaudido y elogiado como un genio de la comedia. Habla mal de los cristianos y serás considerado una persona altamente intelectual. ¿Cómo puede ser que como nación fundada en valores judeocristianos y que por más de 200 años ha sido considerada un ejemplo para el mundo, ha caído en semejante desgracia?

 

Puedo pensar en algunas razones que expliquen el estado actual de la sociedad y su relación con el cristianismo. Pero ninguna razón es más convincente para mí que la falta de gracia en la forma en que muchos cristianos interactúan con la sociedad. Hay una abundancia de la verdad, pero una gran escasez de la gracia. El problema es que el plan de Dios para el cristianismo no era solamente expandir la verdad, sino expandir la gracia junto con la verdad. El apóstol Juan, después de analizar los tres años que pasó en el ministerio con Jesús, describió a Jesús como viniendo del Padre lleno de gracia y verdad. La verdad sin gracia no es verdad, y la gracia sin verdad no es gracia. Jesús no era un equilibrio entre la gracia y la verdad, no; Él era la plenitud de toda la gracia y toda la verdad.

 

Como cristianos, el hecho es que todos hemos sido receptores del regalo de la gracia incondicional de Dios. Un regalo que le costó todo a Dios y un regalo de tan alto valor que nunca podríamos ganar o pagar por él. En algún momento, este hecho debería de convertirse en una realidad en nuestras vidas, y debería llevarnos a reconocer que somos recipientes de Su gracia, no por lo que somos o lo que hemos hecho. No, somos recipientes de la gracia de Dios por lo que Él ha hecho. Pero a pesar del hecho de que la gracia es un regalo incondicional, Dios derramó Su gracia con un propósito.

 

De gracia recibiste, de gracia da“. – Jesús. (Mateo 10: 8 NVI).

 

Imagínense por un momento qué sucedería si nosotros como cristianos aplicásemos esto entre nosotros mismos y luego en nuestras comunidades. La verdad es que no tenemos que cambiar el mundo; ni siquiera tenemos que cambiar esta generación. Lo que deberíamos hacer es transformar vidas una a una a través de la gracia. Por gracia fuimos salvos, para dar por gracia lo que por gracia hemos recibido.

 

Preguntas:

  1. ¿Por qué crees que el cristianismo es uno de los pocos grupos en esta generación del que te puedes burlar abiertamente?
  2. ¿Cuáles son algunas de las razones de la relación a veces combativa entre los cristianos y la sociedad?
  3. Como receptor de la gracia de Dios, ¿cómo deberías responder?
  4. ¿Qué crees que quiso decir Jesús, cuando dijo: “De gracia recibiste, de gracia da”?
  5. ¿Cómo podríamos cambiar la percepción de los cristianos en esta generación?

 

Padre Celestial, muchas veces como cristianos nos ofendemos por ver cómo la sociedad nos rechaza y se burla de nosotros, pero lo que no nos damos cuenta es que nosotros hemos fallado reflejando a tu Amado Hijo en un mundo que necesita de Tu gracia y no de nuestra verdad, por la que hemos sido capaces hasta de pelear con ellos, perdóname Señor y te pido que me ayudes a dar de esa gracia que recibí y sigo recibiendo de tu parte cada instante de mi vida. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.