Peligro, Tentaciones 2

 

 

 

 

 

 

 

Martes, 03 de abril del 2018

 

Las tentaciones no son nada nuevo. Desde Adán y Eva en el Jardín del Edén; desde el muchacho con la sonrisa agradable, la chica con el cuerpo atractivo, hasta la transacción de negocios ligeramente deshonesto, todos enfrentamos tentaciones. Toda tentación no es más que el impulso de utilizar de manera incorrecta nuestro poder; nuestros talentos, capacidades y recursos fuera de los parámetros para el cual Dios los diseñó. Lo que muchas veces se nos pasa por alto es que todas las tentaciones son alimentadas por una mentira. El objetivo de estos devocionales es descubrir cuál es esa mentira; porque una vez expuesta la mentira la tentación pierde su poder.

 

Comencé diciendo que las tentaciones no son nada nuevo, que han estado con nosotros desde el principio de los tiempos e incluso Jesús, el Hijo de Dios, tuvo que lidiar con ellas. La diferencia es que Jesús fue capaz de conquistar cada una de sus tentaciones y al analizar cómo Jesús lidiaba con ellas descubrimos el secreto para conquistar nuestras tentaciones.

 

Mateo 4:1-3 NVI

Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo sometiera a tentación. Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. El tentador se le acercó y le propuso: —Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan.

 

Jesús tenía la increíble habilidad de descubrir las mentiras detrás de las tentaciones. Vamos a echar un vistazo rápido a la tentación para ver si podemos descubrir la mentira que alimentó esta tentación. Primero, fue Dios quien llevó a Jesús al desierto para ser tentado. En segundo lugar, la subestimación de todos los tiempos, “Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, Él tuvo hambre”. Viene el diablo y le dice a Jesús, “Tienes derecho a comer.” Y está es la mentira con la que todos somos tentados: ya que tienes el derecho, está bien si sigues adelante y cuidas de tus necesidades. ¿No es así como muchos de nosotros pensamos? ya que tenemos el derecho y tenemos la capacidad de satisfacer nuestras necesidades, entonces está bien hacerlo. Pero no es así como Jesús lo vio.

 

Mateo 4:4 NVI

Jesús le respondió: —Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”

 

Jesús básicamente estaba diciendo, sí es verdad que tengo hambre, sí tengo la habilidad de convertir estas piedras en pan y sí tengo el derecho de comer después de cuarenta días y cuarenta noches de ayuno. Pero fue Dios quien me condujo al desierto y va a ser Dios quien me va a sacar de este desierto. ¿Sabes cuál es la tentación? Es el impulso de hacer lo correcto de la manera incorrecta. Pero Jesús sabía lo que a veces olvidamos, y es que para obtener la bendición de Dios nunca puedes romper la ley de Dios.

 

Padre Celestial ayúdame a conquistar cada una de mis tentaciones, ayúdame a entender que aunque la mentira me dice que me lo merezco, que puedo y que tengo el derecho, lo importante es obedecerte a ti, sé que no puedo obtener la bendición tuya en un área de mi vida si estoy rompiendo tus leyes. Gracias por tu gran amor y por enseñarme lo que es la tentación para que esté prevenido.