No oigo Nada

 

 

 

Lunes, 28 de mayo de 2018

 

El factor más importante en tu vida no es quién eres, qué haces, adónde vives o qué tienes. El factor más importante en tu vida es tu capacidad de escuchar la voz de Dios. Debido a que hay tantas voces compitiendo por tu atención, se hace casi imposible escuchar la voz de Dios. Entre esas voces se encuentran las voces externas de los miembros de tu familia, tus amigos, enemigos, compañeros de trabajo, maestros, predicadores, y la lista de personas que luchan por captar tu atención sigue sin terminar. Y como si todo esto no fuese suficiente, los medios también están luchando por tu atención, ya sea a través de la televisión, la radio o tu celular, tableta o computadora. Cuando finalmente logramos llegar a un lugar y hora del día en donde podemos apagar todas las voces externas, entonces las voces internas suben el volumen. Las voces internas que te dicen que tienes que lograr algo y ser alguien o las voces internas que te dicen que eres un fracaso y que nada te saldrá bien.

 

Hay muchas razones por las que no podemos escuchar la voz de Dios, pero hay dos que se destacan entre las demás.

 

  1. No estamos sintonizados con la voz Dios

“Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi vozy abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.” – Apocalipsis – 3:20 NVI.

 

A veces estamos tan ocupados y concentrados en escuchar todas las voces dentro y alrededor de nosotros que sin darnos cuenta anulamos la voz de Dios.

 

  1. 2. No le pertenecemos a Dios

“Mis ovejas oyen mi voz; Yo las conozco, y ellas me siguen” – Juan 10:27.

 

Aquellos que no tienen una relación personal con Dios no pueden esperar escuchar su voz.

 

Primer Paso

 

Si no estás escuchando la voz de Dios o si estás luchando por escucharla, el primer y más importante paso que puedes dar es entrar en una relación personal con tu Padre Celestial. La manera de hacer esto es simple, ora invitando a Dios a tu vida; pidiéndole que te perdone por tus pecados y abriendo tu corazón e invitándolo a entrar en tu vida.

 

Él (Jesús), por su parte, solía retirarse a lugares solitarios para orar. – Lucas 5:16 NVI.

 

Segundo Paso

 

El segundo paso es bajarle el volumen a todas las voces a tu alrededor y pasar tiempo a solas con tu Padre Celestial. Moisés escuchó a Dios en el desierto, Elías escuchó su voz en una cueva, Jonás en el vientre de un pez, Pablo en una celda y Juan en la isla de Patmos. Cuando Dios habla, Él quiere que le demos toda nuestra atención. Es por eso que aun Jesús, el Hijo de Dios, a menudo se retiraba a lugares solitarios para pasar tiempo con Dios. Nunca podrás escuchar a Dios de manera constante hasta que no desarrolles el hábito de pasar tiempo a solas con Él.

 

Escoge el lugar y la hora en donde puedes estar a solas con Dios, comienza a orar y a leer tu Biblia y pronto comenzarás a desarrollar la habilidad de oír su voz.

 

Padre Celestial gracias por el increíble privilegio que me das de poder entrar en tu presencia para escuchar tu voz, ayúdame a apartarme todos los días de mi vida a un lugar solitario en el que pueda apagar las voces externas e internas y así poder escucharte sólo a ti, porque es la manera en que realmente demuestro que soy un hijo tuyo, además de que me protege de cometer errores y me guía hacia el éxito.