Una palabra para el día de hoy


 

 

 

Viernes, 8 de junio de 2018

 

Tengo un miembro distante en mi familia que no veo muy a menudo, pero cuando veo a esta persona siempre repite las mismas historias. Las historias son realmente buenas, pero es como tomar un libro y leer el mismo capítulo una y otra vez. Precisamente yo no quisiera  terminar así, viviendo en el pasado. En algún momento todos deberíamos pasar la página y continuar al siguiente capítulo. Es bueno saber lo que sucedió en el pasado, pero el pasado debería ser la plataforma que nos lanza a escribir nuevos capítulos para el presente y futuro.

 

En cuanto a esto de ser repetitivo, a través de esta serie de blogs he repetido continuamente lo siguiente, que el factor más importante en nuestras vidas es la habilidad de escuchar la voz de Dios. La razón que lo he repetido tanto es porque me he dado cuenta de que muchos seguidores de Jesús no saben que Dios les quiere hablar y muchos otros viven en lo que Dios les ha dicho en el pasado. Nunca deberíamos olvidar lo que Dios nos ha dicho en el pasado, pero el problema es que Dios aun quiere hablarnos en el día hoy. Es por eso que el factor más importante en tu vida es cuidar y desarrollar tu habilidad de escuchar la voz de Dios, hoy y todos los días de tu vida.

 

Cuando llegaron al lugar señalado por Dios, Abraham construyó un altar y preparó la leña. Después ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo, pero en ese momento el ángel del Señor le gritó desde el cielo:¡Abraham! ¡Abraham!Aquí estoy —respondió. No pongas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas ningún daño —le dijo el ángel—. Ahora sé que temes a Dios, porque ni siquiera te has negado a darme a tu único hijo.- Génesis 22: 9-12 NVI

 

Dios le había dicho a Abraham que fuera a la región de Moria para sacrificar a su hijo Isaac en un altar. En obediencia a las instrucciones de Dios, Abraham partió al lugar que Dios le había señalado. Tres días más tarde Abraham llegó con su hijo, lo colocó sobre el altar y tomó un cuchillo para sacrificarlo. Pero Dios a través de su ángel le envió el siguiente mensaje a Abraham: “No pongas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas ningún daño”. El mismo Dios que algunos días antes había instruido a Abraham para que se encaminase a la región de Moria para sacrificar a su hijo, ahora le estaba dando nuevas instrucciones.

 

Lamentablemente, hay demasiadas personas que no están conscientes de que Dios quiere hablar con ellos, y lo peor es que muchos creyentes sí creen que Dios habla, pero ellos mismos no han escuchado su voz en días, semanas, meses y para algunos años. Imagínate cuán diferente hubiera sido la historia de Abraham e Isaac si Abraham hubiera actuado en la palabra pasada de Dios. Piensa cuan diferente pudiese ser tu vida si estuvieses sintonizado a lo que Dios quiere decirte en el día de hoy.

 

Padre Celestial, aquí estoy, buscando de ti en este mi lugar solitario, para escuchar lo que me tienes que decir hoy, porque Tú eres el Gran Yo Soy y habitas en el eterno presente. Gracias por todas las veces que me has hablado en el pasado, pero sé que Tú quieres que yo actúe en base a la palabra que me hablas hoy. Te amo y alabo en este día amado Dios.