La agenda de Dios

Al principio, cuando tomé la decisión de seguir a Jesús lo hice buscando mi propio interés y no porque lo amaba. Decidí seguirlo porque Él me ofrecía acceso al cielo y yo estaba seguro de que no quería ir al infierno. Puede que para algunos ésta haya sido una decisión un poco inmadura, pero realmente fue el motivo inicial. Y el tuyo, ¿Cuál fue? Es probable que al igual que yo también decidiste seguir a Jesús porque tenías tu propia agenda en mente. No tanto porque lo amabas sino más bien por lo que necesitabas de Él o te ofrecía.

Eventualmente toda persona que decide seguir a Jesús descubrirá que hay una gran diferencia entre utilizar a Jesús y seguir a Jesús. En algún momento se va a presentar un conflicto entre tu agenda y la de Dios y vas a tener que tomar la decisión de si sigues intentando que se trate de ti o de una vez y por todas te entregas a la agenda de Él.

Mateo 27: 1-4

Muy de mañana, todos los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo tomaron la decisión de condenar a muerte a Jesús. 2Lo ataron, se lo llevaron y se lo entregaron a Pilato, el gobernador. 3Cuando Judas, el que lo había traicionado, vio que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos. 4—He pecado —les dijo— porque he entregado sangre inocente. —¿Y eso a nosotros qué nos importa? —respondieron—. ¡Allá tú!

Judas y el resto de los discípulos habían decidido seguir a Jesús y al final todos se encontraron con una agenda contraria a la de Dios. Judas decidió llevar a cabo su agenda con sus propias manos, mientras que los otros discípulos decidieron olvidarse de sus propias agendas para seguir a Jesús. Con el tiempo Judas se dio cuenta de la gravedad de su error y trató de deshacer su decisión intentando devolver las monedas de plata a los principales sacerdotes y los ancianos, les dijo: “He pecado, porque he traicionado sangre inocente.” —¿Y eso a nosotros qué nos importa? —respondieron—. ¡Allá tú!

Es sencillo, cuando le dices que “no” a Jesús vas a tener que ser tú el responsable de los resultados. Pero cuando le dices que “sí” a Jesús, sin importar lo absurdo o imposible que parezca el camino, Jesús asume toda la responsabilidad de los resultados finales.

Padre Celestial ayúdame con las áreas de mi vida que he creado mi propia agenda y aún no me ajusto a la tuya, quiero seguirte a ti completamente y entregarte el control de mi vida, porque tu agenda siempre es lo mejor para mi.