Se parte de la historia

 

 

Jueves, 09 de agosto de 2018

 

Tienes una historia que contar. Si examinas tu vida descubrirás que tanto en los buenos tiempos como en los malos tu Padre Celestial ha estado allí contigo. Descubrirás que la razón por la que pudiste atravesar algunos de los momentos más difíciles es porque Dios estaba contigo aunque no lo supieras, inclusive cuando lo cuestionabas. Y también descubrirás que en todos tus triunfos Él ha estado presente y que el éxito tenía más que ver con Su presencia que con tus talento o habilidades. Lo bello es que todas esas experiencias buenas y malas se entrelazan para formar la historia de tu vida; o mejor aún, toda esas experiencias se unen para hacer que tu vida forme parte de la historia de Dios.

 

Tienes una historia que contar y Dios quiere que la cuentes. Ahora bien, puedes contar tu historia o puede contar Su historia. ¿Cual es la diferencia? Tu historia se cuenta desde tu punto de vista, cómo luchaste y lo que lograste, en tu historia tú eres el protagonista. Pero tu historia también puede ser contada desde el punto de vista de Dios, lo que Él hizo en tu vida y lo que Él ha logrado a través de ti, pero en este escenario Dios es el protagonista de tu historia. Contar tu historia desde tu punto de vista producirá en ti una sensación de valor y orgullo. Pero el contar tu historia desde Su punto de vista es la razón por la cual Dios te creó y te hará parte de una historia aún más grande, te llevará a formar parte de Su historia. Y nada te dará un mayor sentido de logro y felicidad que tener tu vida entretejida a la historia de Dios.

 

Permíteme darte algunas sugerencias de cómo compartir tu historia.

 

 

  1. Cuenta tu historia desde la perspectiva de Dios. Tú puedes ser la figura central en tu historia o puedes hacer que tu Padre Celestial y lo que Él ha hecho en ti sean el enfoque principal de tu historia.

 

  1. Sé humilde. Tu historia no te hace mejor o más importante que los demás, pero cuando le cuentas a otros lo que Dios ha hecho en ti, esto le da a ellos la oportunidad de ver la mano de Dios en sus vidas. A nadie le cae bien las personas jactanciosas.

 

  1. No prediques. Hay demasiadas personas predicando y la verdad es que las únicas personas que disfrutan de sus predicaciones son los mismos predicadores o aquellos que piensan que de alguna manera son mejores que todos los demás.

 

La vida se trata de las decisiones que tomamos, puedes escoger desarrollar tu propia historia o puedes escoger ser parte de la historia de Dios. Nada te hará más feliz y te dará un mayor sentido de logro que escoger aceptar la invitación de formar parte de la historia de Dios. ¡Así que cuenta tu historia y cuéntala bien!

 

Padre Celestial quiero que Tú seas el protagonista de mi historia y no yo, deseo tomar todas mis experiencias buenas y malas para que formen parte de tu historia. Sé que esto le dará un sentido totalmente diferente a mi vida en cuanto al concepto que tengo de felicidad y logro. Te pido que me ayudes a ser humilde, a no predicarle a otros y a contar mi historia desde tu perspectiva y no la mía. Gracias por guiar mi vida y estar conmigo siempre.