La iglesia, ¿para quién es?

La mayoría de las personas cuando piensan en la iglesia lo primero que les viene a la mente es una institución religiosa, fanatismo, aburrida, hipócritas, irrelevante, quizás la asocien con escándalos. Y tú, ¿qué piensas? Es más, déjame hacerte una pregunta aún más importante, ¿para quién crees que es la iglesia?

Mateo 16: 13-17

Cuando llegó a la región de Cesárea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
—¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? Le respondieron:—Unos dicen que es Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o uno de los profetas.—Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? —Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro.—Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás —le dijo Jesús—, porque eso no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en el cielo. Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella.

¿Sabías que la iglesia local es el cumplimientos de una profecía de hace más de dos mil años? ¿Sabías que ningún sistema político, gobierno, escándalo, mala administración, mala representación, ni la muerte, ni aún la muerte de Jesús en la cruz han podido detener el crecimiento de la iglesia? Cada vez que tú y yo asistimos a la iglesia local formamos parte de esta profecía.

Cuando escuchamos la palabra “iglesia” tendemos a pensar en un edificio, pero el significado real fue y sigue siendo una asamblea o reunión. Que lo que hace que la iglesia de Jesucristo sea una iglesia no es el edificio, sino las personas que se reúnen en el nombre de Jesús, sin importar que se reúnan en un edificio o no. El edificio no es la iglesia, las personas que se reúne en Su nombre son la iglesia.

Déjame volver a mi pregunta, ¿Para quién crees que es la iglesia? ¿Quiénes son las personas que componen este asamblea o reunión? Bueno, si estudiamos los comienzos de la iglesia era una reunión de pecadores. Los primeros en asistir a la iglesia de Jesucristo no eran personas religiosas, sino más bien personas consideradas pecadoras. En el evangelio de Lucas (19:10) Jesús dijo de sí mismo que había venido a este mundo para buscar y salvar a los perdidos. La iglesia no fue diseñada para las personas religiosas, sino más bien para los que estaban perdidos, desconectados de Dios.

Yo no sé de ti, pero yo no quiero ser parte de una institución religiosa, no quiero simplemente estar presente en un edificio. Quiero ser parte de una iglesia en donde personas pueden conectarse y reconectarse con Dios. Quiero ser parte de la iglesia de la cual Jesús profetizó, una iglesia que no puede ser detenida, ni aun por la muerte.
Yo quiero ser parte de la iglesia que Jesús mismo está edificando.

Padre Celestial gracias porque me permites ser parte de la iglesia que tú instituiste y profetizaste hace más de dos mil años, que bueno es conectarme contigo y reunirme en tu nombre junto con mis hermanos para alabarte y glorificarte. Gracias por mi iglesia amado Jesús.