Primeramente

 

 

Miércoles, 15 de agosto de 2018

 

¿Qué es lo más importante en tu vida? ¿Es Dios, tu familia, tu trabajo, tu carrera o quizás tu vida? Estoy seguro que sé cuál es tu respuesta. Lo único que necesito saber es cómo priorizas y con eso puedo saber la respuesta a esta pregunta. Ahora bien, Es posible que quedes sorprendido, pero lo más probable es que no va a sorprender a las personas más cercanas a ti.

 

Muchas veces lo que sentimos que es más importante en nuestras vidas no se ve reflejado en el día a día y en el manejo de nuestro tiempo. Por ejemplo, es el padre que dice que su familia es lo más importante en su vida, pero se pasa la mayor parte de su tiempo en el trabajo o haciendo negocios. Y cuando está en su casa se pasa el tiempo en la computadora o en el teléfono atendiendo los negocios. Sólo hay que pedirle a sus hijos que te digan lo que piensan que es más importante para su padre y te apuesto a que te dirán que es el trabajo. O tal vez es la mujer que se dedica a ser ama de casa y dice que su familia es lo más importante en su vida, pero se pasa la mayor parte de su tiempo en el cuidado de los deberes y responsabilidades de la casa hasta el punto de que casi no tiene tiempo para su esposo e hijos. Si le preguntas al esposo o a los niños qué piensan que es más importante para ella, probablemente te van a decir que mantener la casa limpia, la comida y otras labores domésticas. Y tanto el padre como la madre te dirán que la razón por la que no tienen suficiente tiempo para pasar con su familia es porque trabajan duro por amor a ellos. Es importante lo que se hace por la familia, pero más importante es lo que haces con la familia.

 

Obviamente no hay nada malo en ser un buen proveedor y el ser juicioso con los deberes y responsabilidades de la vida cotidiana. Pero nunca deben ser nuestra prioridad número uno. La triste realidad es que muchas personas afirman que Dios es la prioridad más importante en sus vidas, pero la forma en que administran su tiempo muchas veces no lo refleja así. Quizás fue por esa razón que Jesús se dirigió a un grupo de hombres y mujeres que estaban desesperadamente preocupados por dónde iban a vivir, qué iban o comer y con qué ropa se iban a vestir y lo que iban a comer y les dijo:

 


“Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.” – Mateo 6:33 NVI

La palabra “primeramente” en el texto es una palabra griega que significa que algo es lo primero en tu lista o agenda y que también es lo más importante por encima de todas tus prioridades. Y lo que está diciendo es que nos es suficiente decir que Dios es lo más importante para ti, a menos de que Él sea primero en tu agenda y dentro de todas tus prioridades. Ves, al igual que en nuestra vida familiar, no es lo que pensamos de Dios lo que hace que Él sea nuestra prioridad, sino más bien es lo que hacemos con Dios. Sí, hay cosas que vamos a tener que hacer, lugares que tendremos que ir y personas que tendremos que visitar, pero Dios nos ha prometido que cuando lo hacemos a Él nuestra más importante prioridad Él personalmente se ocupará de las cosas que tanto nos preocupan. Así que permíteme hacerte un reto, el reto de hacer que Dios sea lo primero y más importante en tu vida pero reflejado en la manera en la que manejamos el tiempo todos los días. El reto es que todas las mañanas antes de salir de tu casa tomes de uno a cinco minutos para e ir de rodillas delante de Dios y pedirle que te proteja a ti y tus seres queridos. Luego antes de acostarte toma de uno a cinco minutos más para darle gracias por haberte permitido llegar hasta el final de otro día. Créeme que vale la pena, por que la promesa es que Dios mismo se ocupará de añadir las cosas que tanto nos preocupan.

 

Padre Celestial gracias porque Tú me enseñas la importancia de mis prioridades y de que Tú seas siempre lo primero en mi lista; gracias porque cuando hago esto dejo de preocuparme por las cosas temporales para enfocarme en tu Reino que es lo más importante, Tú eres tan bueno y lleno de gracia y bondad que cuando hago esto me das todo lo demás por añadidura aunque yo no lo merezca.