Vida Eterna

La vida eterna es gratis, pero sólo para los que califican. Lo increíble es que la vida eterna se supone que sea para todos. El problema es que algunas personas tratan de calificar para la vida eterna basadas en su nacionalidad o en su religión, pero nada de eso puede calificarnos. Voy a ir más lejos, si llegásemos a ser buenas personas, repetimos una oración, y pusiésemos nuestras vidas en orden aun todo eso no es suficiente para calificarnos para recibir la vida eterna. Entonces, ¿qué es lo que necesitamos saber? ¿Qué es lo que tenemos que hacer? ¿Y quién califica para la vida eterna?

Juan 3:16 NVI

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.

¿Qué necesitamos saber?
Hay dos cosas que necesitamos saber. Primero que Dios ama al mundo. Esto significa que tú no necesitas esconderte o huir de Dios. Lo segundo que necesitamos saber es que Dios dio. Que Dios no nos está buscando para castigarnos, sino que más bien nos está buscando porque nos ama y tiene un regalo para nosotros. Esto es lo que necesitamos saber, que Dios ama y que Dios dio.

¿Qué debemos hacer?

Hay una sola cosa que debemos hacer: “creer”. La palabra creer significa depositar toda nuestra confianza en Jesús. Creer que la salvación es un regalo pagado por Dios y no tiene nada que ver con nuestra nacionalidad, o posición civil, religiosa o política. Creer que la salvación no se puede recibir a través de nuestro buen comportamiento o ser negada por causa de nuestro mal comportamiento. Creer significa reconocer que en base a méritos propios nunca podremos alcanzar o merecer la vida eterna. Cuando escogemos creer, el resultado es que recibimos el regalo de la vida eterna.

¿Quién califica?
Hay un solo prerrequisito para recibir el regalo de la vida eterna. El regalo no es para las personas que piensan que son lo suficientemente buenas. El regalo es para todos aquellos que reconocen que no son lo suficientemente buenos. El regalo es para quienes reconocen que no necesitan una segunda o tercera oportunidad para arreglar sus vidas. Más bien el regalo es para aquellas personas que reconocen que son pecadores. ¿Quién califica? Toda persona que reconoce ser pecador.

La vida eterna es simple: Dios amó, Dios dio. Nosotros creemos y ahora que creemos “tenemos”.

Padre Celestial gracias porque el regalo de mi salvación no depende en lo absoluto de mí sino que depende por completo de ti que eres perfecto. Si fuera de otra manera no tuviera esperanza alguna porque tu medida es perfección. Gracias por amarme de tal manera que fuiste capaz de entregar la vida de tu amado Hijo por mí. No puedo vivir días suficientes para agradecerte, pero sí puedo trabajar con amor para tu Reino sin que de esto dependa mi salvación.