Se La Persona Correcta

 

 

Viernes, 07 de octubre

 

Una de las cosas más frustrantes es hacer que otras personas puedan ver el mundo de la manera en que tú lo ves. Es lograr que tu pareja vea su salud, su tiempo y su dinero de la manera en que tú lo vez. Es lograr que tus hijos vean sus estudios, amigos, tiempo y dinero de la misma forma que tú. Es lograr que puedan ver cuáles deberían verdaderamente ser las prioridades en sus vidas. Especialmente cuando aún no tienen la capacidad de comprender las consecuencias de sus decisiones. A veces nuestra única esperanza es que con el tiempo crezcan y aprendan a ver el mundo como nosotros lo vemos.

 

Muchas veces lo mismo pasa en nuestra relación con nuestro Padre Celestial. En el libro de Isaías Dios nos dice que nuestros pensamientos no son sus pensamientos y nuestros caminos no son sus caminos, que así como los cielos son más altos que la tierra también los pensamientos de Dios son más alto que los nuestros. Pero para aquellos de nosotros que creemos en Dios la meta es llegar a ver nuestras vidas desde la perspectiva de nuestro Padre Celestial. En nuestros mundo celebramos nuestros ingresos y logros. Y es por esto que medimos el éxito en base a las cosas externas y temporales, como la casa en que vivimos, el carro que manejamos, la ropa que nos ponemos, los restaurantes en donde comemos, la cantidad de dinero que ganamos y las posiciones o títulos que obtenemos. Y no se trata de que haya algo negativo con estas cosas. El problema es que Dios está más interesado en quien te estás convirtiendo y no en lo que estás logrando.

 

Nosotros tenemos la tendencia a preocuparnos más por obtener y lograr, sin embargo Dios está más preocupado por lo que te estás dedicando y en quién te estás convirtiendo.

 

Proverbios 22: 1 NVI

Vale más tener buena fama y reputación, que abundancia de oro y plata.

 

 Como creyentes nuestro principal objetivo debería ser el poder ver nuestras vidas como Dios las ve. Y no medir nuestro éxito en base a cuánto tenemos o cuánto hemos logrado. Desde la perspectiva de Dios lo que cuenta es quién eres y en quién te estás convirtiendo. Mi oración es que eventualmente podamos comenzar a ver de la manera que Dios lo hace, para luego hacer lo que Él nos dice.

 

Padre Celestial ayúdame a ver de la manera que tú ves y no la que me enseña la tendencia de este mundo, porque aunque aquí mi valor está representado por lo que logro y obtengo, desde tu perspectiva, lo que realmente importa es quién soy y en quién me estoy convirtiendo. Gracias porque haciendo esto eventualmente voy a ser obediente a lo que Tú me mandas a hacer.