Ganancia y Perdida

 

 

Lunes 20 de agosto de 2018

 

“Cuando se pierden las riquezas no se pierde nada; cuando se pierde la salud, se pierde algo; cuando se pierde la integridad se pierde todo”. – Billy Graham

 

Soy de la convicción de que el sistema de gubernamental de los Estados Unidos ha sido el mejor sistema implementado en la historia del mundo; una nación bajo Dios, por el pueblo y para el pueblo. Pero aun el mejor sistema del mundo depende por completo del carácter e integridad de las personas que están a cargo de éste. Y tanto en nuestro país como en el resto del mundo hay una gran deficiencia de integridad. Y como dice el Evangelista Billy Graham: “Cuando se pierde la integridad se pierde todo”.

 

¿Adónde se puede adquirir un carácter íntegro? Existen industrias totalmente dedicadas a hacerte lucir y sentir mejor, sólo observa la infinidad de productos que se venden en los centros comerciales, todos son para mejorarte estética y físicamente. Pero no hay ni un solo establecimiento en los centros comerciales que te venda integridad; y la razón es porque muy pocas personas están interesadas en comprarla. En nuestra cultura le damos prioridad a los logros y al cumplimiento de éstos por encima de la integridad. En nuestra sociedad medimos el éxito en base a las riquezas y los logros de una persona, pero le damos muy poco o ningún valor a la búsqueda de un carácter íntegro. El problema es que pagamos un precio alto cuando tenemos falta de integridad; tenemos éxito en los negocios pero perdemos en el hogar. No es por falta de logros que los hogares están siendo destruidos, más bien es por la falta integridad que se están destruyendo los hogares. La falta de prosperidad no está destruyendo nuestra sociedad, es la falta de integridad lo que la está destruyendo.

 

Proverbios 11: 1 NVI

 El Señor aborrece las balanzas adulteradas, pero aprueba las pesas exactas.

 

Para aquellos de nosotros que nos llamamos creyentes es importante que entendamos que Dios aborrece la falta de honradez, la palabra “aborrece” significa detestar. Y la balanza falsa asquea a Dios. El problema es que lo que a Dios le da asco a menudo a nosotros nos gusta. Porque solamente detestamos las balanzas deshonestas cuando van en contra de nosotros, pero no cuando la balanza se inclina injustamente a nuestro favor. Si alguien nos cobró de más por un producto o servicio eso nos detesta, pero si cometen un error y nos dan más de lo que pagamos, decimos, gracias Señor. Pero la verdad es que el Señor aborrece las balanzas adulteradas cuando injustamente se inclinan contra nosotros pero también las aborrece cuando se inclinan a nuestro favor.

 

La otra cara de la moneda es que Dios aprueba las pesas exactas, o dicho de otra manera, se deleita en la honestidad. Imagínate eso, que Dios se deleita en ti cuando te dedicas a convertirte en una persona con un carácter íntegro. Imagínate la aprobación de Dios en tu vida por que estás comprometido a ser honesto. Cuando se pierde la integridad se pierde todo, pero cuando se adquiere se gana la aprobación de Dios.

 

Padre Celestial no hay nada que desee más mi corazón que tener la aprobación tuya, que te deleites en mi honestidad; forma en mí un carácter cada día más íntegro, ayúdame a tener una balanza que no esté adulterada Señor, porque quiero dedicarme a tener un carácter íntegro. Gracias por recordarme la importancia de la integridad en mi vida y te pido perdón por las veces que no lo he sido.