¿Integridad o buena reputación?

 

 

Miércoles, 21 de agosto de 2018

 

Vivimos en una sociedad que celebra la reputación de una persona más que la integridad de esa persona y esto nos lleva a darle más valor a las posiciones, títulos y riqueza. Pero desde la perspectiva de nuestro Padre Celestial Él valoriza más la integridad que la reputación, ya que después de todo tu reputación es lo que otros piensan de ti mientras que tu carácter es quien verdaderamente eres.

 

Para desarrollar integridad se necesita tener la fuerza de voluntad para hacer lo correcto, aun cuando es difícil. Sin embargo, ¿quién determina lo correcto? La buena noticia es que nuestro Padre Celestial ya ha establecido un estándar del bien y el mal. Por lo tanto, el carácter es la fuerza de voluntad para hacer lo que es correcto según lo establecido por Dios.

 

El desarrollar integridad comienza por aceptar que existe un estándar del bien y del mal fuera de nosotros. Que no depende de nosotros el establecer un estándar de lo que es correcto o incorrecto. Ya eso lo estableció Dios y nuestra responsabilidad es simplemente cumplir y someternos a ese estándar, ya sea que nos guste o no, o cuando estamos de acuerdo con él o no.

 

Para desarrollar integridad se necesita antes desarrollar la fuerza de voluntad necesaria para hacer lo que es correcto. La mayoría de nosotros reconocemos que Dios tiene un estándar del bien y del mal, eso está claro, pero nuestra dificultad radica en tener la fuerza de voluntad para poder escoger entre los logros y la integridad. Nuestro problema es que tenemos que desarrollar fuerza de voluntad para que la integridad esté por encima de la reputación.

 

Para desarrollar integridad se necesita más que un compromiso de hacer lo que es correcto, se necesita estar comprometidos a hacer lo que correcto porque eso es lo correcto. No es sólo hacer lo correcto para obtener algún beneficio o por no querer ser descubierto haciendo algo malo y perder mi reputación. No, yo estoy comprometido a hacer lo correcto porque es lo correcto, aun si tengo que pagar un precio por hacerlo. Eso es exactamente hacia donde nuestro Padre Celestial nos quiere llevar.

 

Lo interesante es que tendemos a resistir, o por lo menos a ignorar, la formación de la integridad en nuestras vidas porque es más fácil trabajar en la reputación que sujetarse a las leyes de Dios. ¿Pero no es cierto que nos gusta tratar con personas honesta, íntegras y dignas de confianza? ¿No es cierto que queremos que las personas más cercanas a nosotros sean personas de integridad?

 

Proverbios 2: 20-21 DHH

Anda, pues, por el buen camino, y practica la conducta de los justos. Porque los que viven rectamente y sin tacha vivirán para siempre en la tierra.

 

Padre Celestial aunque vivo en un mundo donde se le da más importancia a la reputación basada en las riquezas, títulos y posiciones, te pido que me ayudes a mí a tener la fuerza de voluntad necesaria para formar un carácter íntegro y así sujetarme a tus leyes. Dame por favor la fuerza de voluntad que necesito para desarrollar ese carácter aunque me cueste lo que me cueste. Gracias por guiarme a vivir una vida recta y sin tacha, como dice tu palabra.