La fe que persevera

 

 

Martes 02  de octobre de 2018

 

Nada honra más a Dios que nuestra fe. Por esta razón Dios siempre está buscando maneras de hacer crecer nuestra fe y nada tiene mas potencial de hacerlo que las dificultades de la vida. Un día Jesús estaba predicando a una gran multitud de personas y hacia el final del día hizo que sus discípulos subieran a una barca para cruzar al otro lado. Pero Jesús se quedó despidiendo a la multitud y luego subió a una montaña para orar. Mientras oraba, los discípulos se encontraban atrapados en una gran tormenta devastadora y justo antes del amanecer Jesús se les aparece caminando sobre las aguas. Pensaron que estaban viendo un fantasma comenzaron a gritar, pero Jesús enseguida les dijo: —¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo. “Pedro, quizás dándose cuenta de que el barco se iba a hundir le dice a Jesús: “. Señor, si eres tú, —Señor, si eres tú, mándame a que vaya hacia ti caminando sobre las aguas. Y Jesús le dijo: —Ven. Y Pedro comenzó a caminar sobre las aguas, pero al mirar la devastación del viento empezó a hundirse y gritó: —¡Señor, sálvame. Entonces Jesús, extendiendo la mano le dijo: —Hombre de poca fe porque dudaste” y luego se subieron a la barca.

 

Cuando subieron a la barca, se calmó el viento. Y los que estaban en la barca lo adoraron diciendo: —Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios. Mateo 14: 32-33 NVI

 

Ya para este tiempo los discípulos habían estado con Jesús por mucho tiempo y lo habían visto hacer todo tipo de milagros pero no fue hasta que Jesús los rescató de la tormenta que lo adoraron. Nunca antes lo habían adorado, pero ahora se encontraban en medio de una tormenta y esto causó que su fe creciese al punto de poderlo adorar. Antes de este incidente nunca antes habían visto a Jesús de esa manera.

 

Cuando Dios nos salva de nuestras circunstancias más devastadoras deja de ser alguien a quien simplemente admiramos o utilizamos para que nos conceda lo que deseamos y se convierte en alguien a quien adoramos. Es a través de las pruebas de la vida que nuestra fe crece al punto de que lo reconocemos por quien realmente Él es. Mucho más que un maestro o un mentor, de una manera muy personal se convierte en nuestro Salvador.

 

Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman.  – Santiago 1:12 NVI

 

Santiago nos enseña que hay una conexión directa entre Ia fe de los que perseveran y aman a Dios. Y dice que Dios promete una recompensa especial para aquellos que demuestran su amor por Él perseverando y resistiendo las tentaciones de las pruebas. En realidad nunca podrás amar o adorar a Dios hasta que la prueba de tu fe te lleve a reconocerlo por quien Él en verdad es. Dios, tu Salvador.

 

Amado Jesús gracias por la oportunidad que me das de conocerte íntimamente como mi Señor y Salvador, eres todo para mí y mi vida sin ti no tiene sentido alguno; gracias porque es sólo a través de perseverar y resistir las tormentas de la vida que he podido verte por quien realmente eres, mi Dios y Salvador.