¿Que tienes en tus manos?

En la Biblia las manos representan poder, recursos, habilidades, autoridad, compromiso, y mucho más. Dios puso en las manos de Adán autoridad sobre todos los animales en la tierra. Moisés rescató a Egipto de la mano de Faraón. El faraón ordenó que nadie levantase una mano sin la dirección de José. Dios redimió a su pueblo con mano fuerte. La mano de Dios estaba en contra de los filisteos. David le dijo a Goliat; “En este día el Señor te entregará en mis manos”. David le dijo a Dios: “Los cielos son obra de tus manos”. Jesús predijo que iba a sufrir en manos de los fariseos. Pilatos se lavó las manos.

A través de toda la historia humana cuando personas se preguntan: ¿Qué es lo que tengo en mis manos? ¿Y cómo puedo utilizarlo? Grandes cosas han sucedido. Muchas de las grandes organizaciones e instituciones son el resultado directo de personas que utilizan lo que Dios ha puesto en sus manos. Mi oración es que puedas ver tus manos y lo que Dios ha puesto en ellas como una herramienta para lograr grandes cosas en el reino de Dios.

Todo lo que Dios ha puesto en nuestras manos son dones de El, ya sea talentos, habilidades, fuerza, educación, riquezas, familia, e inclusive nuestras distintas personalidades. La Biblia dice que: “Por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él.” (Colosenses 1:16 NVI).

Cuando nos damos cuenta de todo lo grande o pequeño que Dios ha puesto en nuestra manos, la tendencia es decir: “¡Gracias, Señor, eres tan bueno conmigo!”, Y luego continuar con nuestras vidas. A lo que Dios probablemente diría: yo no te di todo eso sólo para el beneficio tuyo, te lo di para que me honrases con tus manos utilizándolas para servir a los demás.

Si ha habido una persona que honró a Dios con sus manos fue Jesús. Dios lo había puesto todo en sus manos, todo poder, autoridad y reinos… Y con esas manos llenas de gloria, poder y autoridad Jesús tocó a personas que nadie más se hubiera atrevido a tocar; tocó a los enfermos, a los muertos, aun le lavó los pies sucios a sus discípulos con sus manos. Como si eso no fuera suficiente luego rindió sus manos para ser clavadas en una cruz y tres días después resucitó exhibiendo las cicatrices en sus manos.

Mateo 20: 27-28 NVI

“El que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás; así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos”. – Jesús.

Qué tragedia sería estar delante de nuestro Señor Jesús un día y después de mirar sus manos traspasadas le tengamos que contar cuan ocupado estaba en mi trabajo, en mi casa, de vacaciones o lo que sea que estaba haciendo para que no me alcanzara el tiempo de usar mis manos para traerle la gloria a El a través del servicio a los demás.

¿Qué ha puesto Dios en nuestras manos? ¿Para que lo estás utilizando?

Es simple, todo lo que Dios ha puesto en tus manos es para traerle gloria a El mediante el servicio a los demás.

Padre Celestial extiendo mis manos para el servicio tuyo y de los demás, te pido que yo siempre pueda imitarte a ti, que siempre usaste tus preciosas manos para enseñar tu amor incondicional por nosotros. Ayúdame a traerte toda la gloria que mereces Señor, aquí están mis manos, úsalas porque te pertenecen a ti.