Confía y haz el bien

La pregunta más importante que tenemos que hacernos todos los días es: ¿Se puede confiar en Dios? ¿si o no? Sin embargo, aunque la respuesta es obvia, es más fácil decirlo que hacerlo. Todos podemos mirar hacia atrás y analizar decisiones que tomamos que demostraron nuestra falta de confianza en Dios. Tal vez para ti fue en el área de las finanzas donde era claro lo que Dios quería, pero al poner tu mirada en los resultados que buscabas lo que Dios quería no tenía sentido. Tal vez fue una decisión en términos de una relación y nuevamente al poner tu mirada los resultados que deseabas en comparación con lo que Dios quería no tenía sentido. En esos momentos en que decides hacer las cosas a tu manera, en efecto, lo que estás diciendo es que no se puede confiar en Dios.

El confiar en Dios no es fácil. Lo que hace que el confiar en Dios sea tan difícil es nuestra tendencia a enfocarnos en los resultados mientras que Dios está enfocado en el proceso. Nuestra tendencia es de enfocarnos en los logros mientras que Dios está mirando nuestra obediencia. Nuestra tendencia son los resultados y la de Dios es ver si estamos haciendo lo correcto. Otra razón por la que se nos hace difícil confiar en Dios es porque no somos muy buenos interpretes de los resultados, algunas cosas que pensamos que eran buenas terminaron siendo malas y otras que pensábamos eran malas terminaron siendo buenas.

El confiar en Dios va más allá de tener fe en que Dios nos va a dar lo que queremos. El confiar en Dios es creer que El nos concederá sólo lo que es bueno para nosotros, a pesar de lo que queremos. El confiar en Dios significa que estamos poniendo nuestras vidas en sus manos, porque reconocemos que Él sabe más que nosotros.

La Biblia dice que la fe sin obras es muerta. Demostramos que confiamos en Dios a través de nuestras acciones. Cuando nos hacemos la pregunta: ¿Se puede confiar en Dios? ¿si o no? Si tu respuesta es sí, tienes que demostrarlo a través de tus acciones. Y la acción que más le muestra a Dios que confiamos en Él es cuando nos comprometemos a hacer lo correcto. Nunca debemos sacrificar lo que es correcto por el bien de los resultados. El confiar en Dios es estar comprometidos a hacer lo correcto y dejar en las manos de Dios los resultados finales.

Salmos 37: 3 NVI
Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel.

Es simple, cuando se trata de confiar en Dios nuestra responsabilidad no es producir resultados, nuestra responsabilidad es hacer lo que es correcto a pesar de los resultados.

Padre Celestial quiero confiar en ti, no sólo decirlo de palabra sino a través de mis acciones, quiero demostrarte que confío en ti haciendo lo que es correcto en cada área de mi vida. Ayúdame a ser cada vez una persona más íntegra a través de mi confianza en ti, porque sólo tú sabes lo que es mejor para mi.