Sí a Dios, no a ti

 

 

Martes 06 de noviembre del 2018

 

Si quieres vivir una vida saludable tendrás que decirle no a un estilo de vida no saludable. Si quieres tener un matrimonio que funcione tendrás que decirle no a un matrimonio disfuncional. Para decirle sí a una buena vida vas a tener que decirle no a la mala vida. Pero lo más importante es que para decirle sí al plan de Dios para tu vida vas a tener que decirle no a tu propio plan para tu vida.

 

Es casi imposible entender lo que María tenía que estar sintiendo cuando el ángel del Señor se le apareció y le dijo que Dios tenía un plan diferente al que ella misma tenía para su vida. Como la mayoría de las jóvenes me supongo que María soñaba casarse con José y vivir como en los cuentos de hadas. Apuesto a que el plan de Dios para María no tenía nada que ver con el plan de ella para su propia vida. Apuesto a que dentro de los planes de María no aparecía el estar embarazada antes de casarse con José. No creo que dentro de sus planes estaba el explicarle a su novio, a sus padres y a toda la comunidad como había quedado embarazada sin serle infiel a José. Supongo que esto trastornó por completo sus planes de boda y los del resto de su vida. A un grado mucho menor entiendo un poco lo que María estaba sintiendo. Tenía yo unos treinta y tantos años de edad, era dueño de mi propia compañía de producción y grabación y luego Dios envió, no a un ángel, pero sí a un profeta para decirme que el propósito de Dios para mi vida era ser un pastor. El problema era que el ser pastor no estaba en mis planes, más bien era lo que estaba más lejos de mis pensamientos. Y al igual que María tendría que decidir si le diría sí a Dios, pero entendiendo que esto significaría un no para mis planes.

 

Mientras que María estaba considerando lo que el ángel del Señor le estaba diciendo la Biblia la describe sintiéndose perpleja, confundida, asustada y cuestionando la veracidad del mensaje del ángel de Dios. Pero María tuvo que haber sido una mujer de gran fe. Porque aunque estaba confundida y no entendía para nada lo que el ángel le decía e inclusive le parecía imposible ella decidió decirle “sí” a Dios sabiendo que eso significaba que tenía que decirle “no” a sus propios planes.

 

María respondió: —Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí. Y el ángel la dejó. – Lucas 1:38 NVI

 

Si no lo has hecho aun, eventualmente tú también tendrás que decidir cómo vas a responderle a Dios. Pero lo bello es que con Dios nunca comienzas con el negativo, con un “no”, nunca es lo que dejas de hacer. Con Dios siempre comienzas con un positivo, con un sí, siempre es lo que comienzas a hacer.

 

Para decirle sí a Dios para que cumpla su propósito en tu vida vas a tener que decirle no a tus planes. Para decirle sí a la bendición de Dios para tu familia vas a tener que decirle no a la manera en que te conduces con tu familia. Para decirle sí a las bendiciones financieras de Dios vas a tener que decirle no a la forma en que administras tu dinero. Algunas veces el decirle sí a Dios requiere que te digas no a ti mismo.

 

Ponerte en los zapatos de María significa decirle sí a Dios y no a ti mismo.

 

Padre Celestial quiero decirte que sí a ti porque tus planes para mi vida son perfectos y traen bendición, no sólo a mí, sino a las personas que has puesto en mi vida. Estoy dispuesto a decirte que sí aunque esto signifique que tengo que decirle que no a lo que he planeado yo mismo para mi vida. Gracias por el ejemplo de María, ayúdame a ponerme en sus zapatos cada vez que tenga que decirte sí a algo que Tú me pidas.