Mejor Persona

 

 

Miercoles, 26 de diciembre

 

La meta de la mayoría de nuestras resoluciones de Año Nuevo es la de preservar y mejorar nuestras vidas. Por eso es que la pregunta que alimenta casi todas nuestras resoluciones es: ¿Qué tengo que hacer para preservar y crear una mejor versión de mí y de mi circunstancias? La buena noticia es que nuestro Padre Celestial desea lo mismo para ti y para mí. Pero hay un problema, y no se encuentra en nuestro deseo de preservar y mejorar nuestras vidas, sino en el método que utilizamos para lograrlo. En la época que yo era niño recuerdo cómo los padres querían que sus hijos estuviesen siempre saludables y los alimentaban hasta que podían decir, mira lo saludable que está mi hijo, gordito y con los cachetes coloraditos. Hoy en día a eso le llamamos obesidad y presión arterial alta. Sin duda las intenciones eran buenas, esos padres querían que sus niños estuvieran saludables, pero el método que utilizaban producía exactamente el efecto contrario. Lo mismo sucede cuando se trata de preservar y mejorar nuestras vidas, al tratar de hacerlo usamos precisamente el método que crea el efecto contrario.

 

Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio, la salvará. Marcos 8:35 NVI

 

Estas palabras de Jesús suenan tan amenazantes como contradictorias, pero en realidad Jesús no está tratando de quitarnos algo, por el contrario, Jesús nos está ofreciendo la oportunidad de ser mejores personas. Jesús nos señala que de la misma manera que el alimentar en exceso a nuestros hijos no hará que ellos sean más saludables, de igual forma una vida centrada en sí misma no es lo que la va a preservar y a mejorar. Esto es porque aquellos que se enfocan en sí mismos al final de sus vidas la única huella que dejan es lo que hicieron por ellos mismos. Pero las personas que se enfocan en Jesús y su causa de llevar las Buenas Nuevas de la Salvación a los demás, al final se han convertido en mejores personas por causa de las huellas positivas que dejaron en las vidas y los corazones de otros.

 

Aunque te parezca contra intuitivo, el vivir una vida enfocada en ti mismo no te hará una mejor persona, sólo cuando vivimos de manera que nuestro enfoque es el mejorar las vidas de los demás es cuando preservamos y mejoramos nuestras propias vidas. Cuando hacemos esto es cuando verdaderamente logramos ser mejores personas.

 

Padre Celestial ayúdame a entender que es precisamente cuando no trato de salvar que mi vida que en verdad la gano, porque así Tú lo hiciste y creaste el modelo de vida que nos lleva a ser mejores personas. Ayúdame a vivir por causa de tu evangelio, que cada segundo de vida que tú me regalas sea una oportunidad para bendecir a otros.