Daños Colaterales

Una de las decisiones más necias que podemos tomar en la vida es la de huir de Dios. Lo interesante es que todos lo hemos hecho a un nivel u otro. Algunas personas van huyendo de Dios en la totalidad de sus vidas, mientras que otros van huyendo de Dios en un área específica o en una etapa de sus vidas. Y digo que es una decisión necia porque entendemos que lo que Dios quiere siempre es lo correcto. Pero hay algo en nosotros que nos hace creer que podemos correr más rápido que Dios. ¡Qué tontería! Esto no es nada nuevo, la Biblia está llena de historias de hombres y mujeres que en un momento u otro pensaban que podían correr más rápido que Dios. Y a través de sus experiencias descubrimos que hay un patrón que se desarrolla en sus vida. Quizás al ver este patrón te animes a no tomar la tonta decisión de pensar que puedes huir de Dios.

Jonás 1: 5-7 NVI
Los marineros, aterrados y a fin de aliviar la situación, comenzaron a clamar cada uno a su dios y a lanzar al mar lo que había en el barco. Jonás, en cambio, que había bajado al fondo de la nave para acostarse, ahora dormía profundamente. 6El capitán del barco se le acercó y le dijo: —¿Cómo puedes estar durmiendo? ¡Levántate! ¡Clama a tu Dios! Quizá se fije en nosotros, y no perezcamos. 7Los marineros, por su parte, se dijeron unos a otros: —¡Vamos, echemos suertes para averiguar quién tiene la culpa de que nos haya venido este desastre!
Así lo hicieron, y la suerte recayó en Jonás.

Jonás era un hombre que Dios había llamado a predicar en una ciudad llamada Nínive, pero a Jonás no le gustó la idea y decidió huir de Dios. Así que compró un boleto en un barco mercante que marchaba en la dirección opuesta de la ciudad de Nínive. La Biblia dice que Dios causó que se levantase una tormenta tan violenta que amenazaba con destrozar la nave en la cual Jonás iba de pasajero. La tormenta llegó a ser tan violenta que, a fin de salvar sus vidas los marineros tuvieron que tirar toda la carga fuera de la nave.

Cuando huimos de Dios:

Nuestra tendencia es huir a lugares y situaciones peligrosas.
¿Cuán sabio puede ser huir de Dios montándose en un barco? ¡No suena muy sabio!

Las cosas no nos van bien.
Puedes correr pero no esconderte. Dios estaba esperando a Jonás con una tormenta violenta.

Cuando huyes de Dios las personas que están cerca de ti también pagan el precio.
Aunque no es intencional, cuando huimos de Dios van a ver daños colaterales y éstos afectarán a las personas que más cerca estén de nosotros. Por culpa de la decisión de Jonás de huir de Dios, un grupo de marineros inocentes a su decisión estaban pagando el precio; por culpa de Jonás, estos hombres que no tenían nada que ver con su decisión, se encontraron en medio de una tormenta violenta, de hecho tan violenta que causó que tuviesen que lanzar al mar la carga que transportaban.

Cuando decides huir de Dios las personas alrededor tuyo también sufren los daños. Si como padre de familia decides huir de Dios no sólo las cosas te van a ir mal a ti, sino que a causa de tu decisión también a tu familia le irá mal; y por supuesto esto también aplica a las madres. Si eres un adolescente y decides huir de Dios, no sólo vas a hacerte daño a ti, sino que también vas a herir a tus padres, a tus hermanos y aún a tus amigos. Si Dios te ha llamado al ministerio pero decides esconderte detrás de tu trabajo o negocio, con el tiempo las cosas no te van a ir bien y lo triste es que las personas con quienes trabajas también pagarán el precio de tu decisión.

Espero que te fijes en el patrón que se va desarrollando en las vidas de los que deciden huir de Dios para que de esta manera si estás pensando correr de Él definidamente no lo hagas. Y si ya estás corriendo espero que tomes la decisión de volverte a Dios antes de causarte más daños innecesarios. Devuélvete a ese Dios amoroso que te está esperando con los brazos abiertos.

Es simple, cuando huimos de Dios las personas que más cerca están de nosotros también pagan el precio.

Padre Celestial ayúdame a tener muy presente en mi vida las consecuencias que me afectan a mí y a las personas que me rodean cuando tomo la tonta decisión de huir de ti. Líbrame de todo mal para que yo siempre corra a tus brazos.


Robert Cruz Jr.

Bobby Cruz Jr. became Senior Pastor of CDA Miami in 1999, continuing the work that his father, Bobby Cruz began in 1980. Bobby Jr. is an engaging speaker whose passion is to lead people in a growing relationship with Jesus. He has five children and he lives with his wife Ana in Doral, FL.

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