Transformación 4, Mejor dos

 

 

 

Jueves 09 de enero del 2019

 

Dios los cría y ellos se juntan.

 

Las personas con las que interactúas diariamente tienen mucha más influencia en la dirección y calidad de tu vida de la que te puedes imaginar. Desde los alimentos que comes hasta la ropa que usas. Desde cómo te sientes hasta como hablas. Y desde lo que piensas hasta la manera como actúas. Cada área de tu vida ha sido y se verá afectada adversa o positivamente por las personas con las que interactúas.

 

Camina con sabios y te harás sabio; júntate con necios y te meterás en dificultades. Proverbios 13:20 NLT

 

Este es un principio asombroso; si quieres llegar a ser sabio todo lo que tienes que hacer es relacionarte con personas sabias. Pero si decides convivir con necios, no te convertirás en necio pero sí te vas a meter en muchas dificultades. Veamos la definición bíblica de una persona sabia. Una persona sabia es aquella que sabe lo que es correcto y lo que está mal y escoge hacer lo correcto. En cambio, el necio sabe la diferencia entre lo bueno y lo malo pero decide hacer lo malo. Una persona sabia dice, aunque el fumar es legal, escojo no hacerlo porque el fumar conduce al cáncer y a las enfermedades del corazón. En cambio el necio dice, sé que fumar puede matarme, pero de algo me voy a morir.

 

Las malas compañía corrompen el buen carácter. 1 Corintios 15:33 NVI

 

Muchos de tus defectos de carácter se atribuyen directamente a las personas con quienes escoges convivir. Si vas a escoger ser feliz tendrás que elegir convivir con las personas adecuadas. Porque el ser feliz no es algo que lograrás por tu cuenta.

 

A través de esta semana hemos estado diciendo que la felicidad es el resultado de vidas transformadas. Y dijimos que nuestro Padre Celestial quiere transformarnos a través de la renovación de nuestras mentes. Que si pensamos diferente actuaremos de manera diferente. ¿Cómo aprendemos a pensar de manera diferente? Una manera de hacerlo es:

 

  1. Enfocarte en las personas que te van a ayudar, no en las que te van a obstaculizar.

Hoy hemos llegado al séptimo y último ejercicio de enfoque. Y la decisión de hoy es la de elegir convivir con personas que te ayudarán a lograr tu meta de ser transformado de tus heridas, complejos y malos hábitos; y por consiguiente, el lograr ser consistente y verdaderamente feliz.

 

 

Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito. Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas. Del mismo modo, si dos personas se recuestan juntas, pueden brindarse calor mutuamente; pero ¿cómo hace uno solo para entrar en calor? Alguien que está solo puede ser atacado y vencido, pero si son dos, se ponen de espalda con espalda y vencen; mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no se corta fácilmenteEclesiastés 4: 9-12 NLT

 

Tú no llegaste al lugar en donde te encuentras solo o sola y tú no desarrollaste tus complejos y malos hábitos que no te permiten ser plenamente feliz por tu cuenta. De la misma manera, no puedes recuperarte por tu cuenta. Necesitas comenzar a relacionarte con las personas adecuadas. Y para mí no hay un mejor lugar para desarrollar nuevas relaciones como en la la iglesia local. Pero no sólo cualquier iglesia local, una a la que asistan seguidores de Cristo que entienden cuánto nos necesitamos los unos a otros.

 

Padre Celestial gracias por mostrarme la importancia de escoger bien las personas con las que me relaciono, ayúdame a ser una persona sabia y no necia y también a andar con personas sabias, para no terminar mal parado. Gracias por la oportunidad que me das de ser transformado y de enseñarme las herramientas necesarias para alcanzar la verdadera felicidad de manera consistente.