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Jueves, 17 de septiembre

Para la mayoría de los creyentes el alabar a Dios se ha reducido a la música; a través de cantarle canciones, tocar instrumentos, levantar las manos, danzar, aplaudir, gritar de júbilo y darle gracias a Dios a través de la oración, pero la alabanza debería ser mucho más que esto. No hay absolutamente nada malo con hacer estas cosas, al contrario después de todo así era como pueblo de Israel alabó a Dios por miles de años. Entonces, ¿porqué dices que el alabar a Dios debería ser mucho más que eso? Si era aceptable para los israelitas ¿No debería ser aceptable para nosotros también? Y la respuesta es no, porque hay una gran diferencia entre ellos y nosotros y esa diferencia es Jesús.

Antes de Jesús, el alabar a Dios se trataba de cantar, aplaudir, bailar, dar gritos de júbilo y presentar un holocausto a Dios. Pero después de lo que Jesús hizo por nosotros, el alabar a Dios se elevó a otro nivel y no debería ser algo que se limita a hacer estas cosas, ni tampoco debería limitarse a un lugar y a una hora determinada. Después de lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz el alabar a Dios debería ser algo continuo que se hace a toda hora y en todo lugar.

Hebreos 13: 15-16 NVI

Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre. No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque ésos son los sacrificios que agradan a Dios.

 El continuo sacrificio de alabanza

El autor del libro de los Hebreos, quienes muchos piensan que es el apóstol Pablo, escribe a los israelitas y les explica que después del sacrificio de Jesús el alabar a Dios no debe limitarse a un lugar y a una hora, sino más bien, que por lo que Jesús hizo la alabanza a Dios debería ser un sacrifico continuo manifestado a través de:

EL fruto de labios que confiesan su nombre

Muchos de los hebreos estaban manteniendo su conversión a Cristo como un asunto privado por miedo al rechazo del resto de las comunidades judías. De la misma manera hoy en día muchos cristianos mantienen su fe como un asunto privado. Sin embargo, un continuo sacrificio de alabanza significa que no estamos avergonzados de proclamar nuestro amor por Jesús, especialmente porque Jesús fue puesto públicamente en vergüenza por causa de su amor por nosotros. Pues no me avergüenzo de la Buena Noticia acerca de Cristo, porque es poder de Dios en acción para salvar a todos los que creen, a los judíos primero y también a los gentiles. – Romanos 1:16 NTV

Hacer el bien

Un continuo sacrificio de alabanza va más allá de asistir a la iglesia el domingo; es algo que se debe hacer en la casa, la escuela, el trabajo, ósea en todo lugar. Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente. Recuerden que el Señor los recompensará con una herencia y que el Amo a quien sirven es Cristo. –Colosenses 3: 23-24 NTV

Compartir con otros

Muchos cristianos viven demasiado enfocados en sí mismos, parte de nuestra alabanza a Dios es sacrificar también una porción de nuestro tiempo y de nuestros recursos para el beneficio de los demás. No se ocupen sólo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás. Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios como algo a que aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo… Filipenses 2: 4-7 NTV

Padre Celestial disfruto mucho el alabarte a través de cánticos, levantando mis manos y adorándote, sin embargo quiero también alabarte y adorarte a través de mi tiempo y de los recursos que tú has puesto en mis manos para que los administre. Ayúdame a que mi corazón esté siempre inclinado a parecerme más y más a tu amado hijo Jesús, que ese sea el propósito principal de mi vida hoy y siempre.

 

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