Alivio al estrés

Simple-500px-devocional-banner-ESP

Mientras más nos preocupamos más nos estresamos. Las preocupaciones y el estrés caminan de la mano juntos. Gastamos mucho dinero tratando de aliviarnos del estrés producido por las preocupaciones. Tenemos jabones antiestrés, champú, cremas y velas. Tenemos spas y vacaciones para aliviar el estrés. Tenemos doctores y medicinas para aliviar el estrés. Algunos se han creado malos hábitos y adicciones para aliviar el estrés. La verdad es que con tantas cosas de qué preocuparse no es de extrañarnos lo estresados ​​vivimos. El estrés no siempre es malo, lo que es malo es el estrés crónico. El estrés crónico eventualmente tendrá un impacto negativo en todo la que haces y en las personas que más quieres.

Una de las cosas que más potencial tienen de alimentar y aumentar nuestros niveles de estrés son las preocupaciones, hay mucho de qué preocuparse. Pero quiero hablar de una categoría en específica de las preocupaciones, la que estoy convencido es la categoría principal de todas nuestras preocupaciones. Las preocupaciones en cuanto a lo que quiero y lo que necesito. Cuando mi hijo era más joven cada vez que lo llevaba a una tienda de juguetes iba, agarraba un juguete y me decía: ” ¡Lo necesito” La verdad es que como adultos somos más o menos iguales. No hay ningún problema en querer y desear cosas, aunque se trate de juguetes, un mejor trabajo, un auto nuevo, una casa, salud, una pareja, un hijo o un familiar. El problema es cuando lo que quiero se mueve a la categoría de lo que necesito. Cuando lo que quieres se convierte en lo que necesitas comienzan a entrar las preocupaciones y con ellas vienen el estrés. A menudo me encuentro con muchas personas estresada porque no tienen lo que quieren/necesitan. Hoy en día tenemos toda una cultura estresada por que no logran alcanzar lo que quieren/necesitan

El problema con los “quereres” es que mientras más tienes más quieres. Una vez más, no es que sea malo el querer cosas pero cuando lo que quieres se mueve a la categoría de lo que necesito, mientras más tienes más quieres. Compras una casa y ahora quieres electrodomésticos y muebles nuevos. Y que no se nos olvide el auto nuevo para la casa nueva. Ahora tienes tu casa nueva, con nuevos electrodomésticos, muebles y un auto nuevo, y unos meses más tarde quieres una casa más grande con una piscina. Los quereres son una carretera sin final. Pero si no satisfaces tus quereres eventualmente terminarás estresado. Salomón dijo en el libro de proverbios: “Así como la Muerte y la Destrucción nunca se sacian, el deseo del hombre nunca queda satisfecho.” Parece ser que no hay solución, pero si la hay, la solución esta en tu relación con tu Padre Celestial. Él te creó de tal manera que aunque alcances todo lo que quieres/necesitas todavía no estarías satisfecho. Él te creó y quiere que descubras que Él, nuestro Padre Celestial es el único que realmente te puede satisfacer. No importa lo que tengas o lo que no tengas. Tu Padre Celestial es tan poderoso que Él puede satisfacerte cuando tienes abundancia o cuando te falta.

Nunca pongas tu confianza en lo que se te puede ser quitado, como las personas, por mucho que las ames y te amen; así como cualquier cosa que se te pueda ser quitada. La única cosa que nunca te puede ser quitada es tu relación con tu Padre Celestial. Y Él sí te puede satisfacer, de hecho es el único que puede. Es por eso que el Rey David declaró:

Salmos 23: 1 NVI

1 El Señor es mi pastor, nada me falta.

Es muy simple, no ponga tu confianza en las cosas que te pueden ser quitadas, más bien declara: el Señor es mi pastor, nada me falta.

Señor tú eres mi pastor y nada me falta porque tú tienes cuidado de mí, tú me amas y mi relación contigo es lo único que nada ni nadie me puede arrebatar. Por eso es necedad que me aferre a las cosas que son temporales, por esto se llaman así, porque son circunstanciales, mientras que tu amor por mí es eterno.