Atrapado

 

 

Viernes 06, de julio de 2018

 

Es difícil ser feliz cuando nos encontramos atrapados en nuestras vidas. A veces nos encontramos atrapados en problemas de salud, problemas financieros, relacionales, laborales, espirituales o emocionales. A veces nos encontramos atrapados en circunstancias personales; malos hábitos, adicciones, tristeza, soledad, falta de sentirse cumplido y aún nos encontramos atrapados en nuestro pasado. Muchos de estos problemas, con un poco de trabajo y dedicación, logramos liberarnos de ellos, sin embargo hay otros que no importa cuán duro lo intentemos, no podemos librarnos de ellos. Y el problema es que mientras estés atrapado nunca podrás ser verdaderamente feliz.

 

Felices los mansos. – Mateo 5:5 NVI

 

Creo que todos estamos de acuerdo en que hay algunas áreas en nuestras vidas en las que no tenemos el control y nos sentimos atrapados. Estas áreas requieren más que un mayor esfuerzo; requieren intervención divina. Éstas requerirán que elijamos comprometer toda nuestra vida, tanto lo bueno como lo malo, a Cristo, a Su cuidado y a Su control. Eso requerirá mansedumbre; Muchos confunden mansedumbre con debilidad. La mansedumbre simplemente significa poner nuestra vida en manos de Dios, el único que realmente está en control.

 

Mateo 11:28-30 (NTV)

 

Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana».

 

Si te sientes atrapado en cualquier área de tu vida y quieres ser liberado tendrás que ser manso y aceptar la invitación de Jesús. Él dijo: “Vengan a mí y encontrarán descanso”; dame control y mira lo que puedo hacer. Voy a quitarte todas tus cargas; te dejaré libre. ¡Qué increíble esta oferta! Sin embargo, para muchas personas esta oferta permanece como un regalo sin abrir. Y digo sin abrir porque pensamos que para llegar a Cristo primero debemos arreglar nuestras propias vidas. Y también sin abrir porque pensamos que ahora que conozco a Cristo, depende de mí arreglar mi vida.

 

Escoger ser feliz es tomar que la decisión de ser manso. Es escoger entregarle toda nuestra vida a Cristo, nuestra voluntad y todo el control.

 

Amado Jesús, un día te entregué mi vida para obtener la vida eterna que sólo Tú me puedes dar, sin embargo tu amor por mí, tu misericordia y tu gracia es tan inmensamente grande, que tu voluntad no sólo es que yo sea salvo en la eternidad, sino en este mundo, Tú quieres salvarme de todo lo que me mantiene atrapado, por esto te entrego hoy cada área de mi vida y suelto el control para pasártelo a ti. Deseo de todo corazón ser una persona mansa.