Auto Evaluación

01/03/2019
|In Relate
|By Robert Cruz Jr.

Evaluemos

En una escala del 1-10

  1. ¿Cuán cansado y fatigado estás?

1 – 2 – 3 – 4 – 5 – 6 – 7 – 8 – 9 – 10

  1. ¿Sientes que las relaciones más importantes de tu vida están funcionando a cabalidad?

1 – 2 – 3 – 4 – 5 – 6 – 7 – 8 – 9 – 10

  1. ¿Cuánto estrés tienes en cuanto al área de tus finanzas?

1 – 2 – 3 – 4 – 5 – 6 – 7 – 8 – 9 – 10

  1. ¿Te sientes en paz y totalmente conectado con Dios?

1 – 2 – 3 – 4 – 5 – 6 – 7 – 8 – 9 – 10

  1. ¿En general que tan estresado te encuentras?

1 – 2 – 3 – 4 – 5 – 6 – 7 – 8 – 9 – 10

¿Cómo describirías tu vida en este momento?

  1. SIMPLE
  2. COMPLICADA

En base a las respuestas de cada una de estas preguntas, para la mayoría de las personas la respuesta sería:

  1. COMPLICADA

El problema con vivir vidas complicadas es que eventualmente nos llevan a todo tipo de problemas: relacionales, físicos, emocionales e incluso espirituales. Sé muy bien los resultados de una vida complicada. Lo interesante es que Cristo vino a este mundo no sólo para salvarnos, sino también para quitarnos el estrés y simplificar nuestras vidas.

 

Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana. Mateo 11: 29-30 NTV

 

Tenemos la tendencia a creer que si reorganizamos los asuntos externos de nuestras vidas éstas se van a volver menos estresantes y más simples, pero de acuerdo a este pasaje, el problema se encuentra en nuestro interior, o sea en nuestras almas. Según este pasaje tenemos que hacer dos cosas. En primer lugar debemos soltar nuestras cargas y estar dispuestos a cargar las de Jesús, esto significa intercambiar nuestras cargas por las de Él. En segundo lugar debemos permitir que Jesús nos enseñe cómo reorganizar nuestras vidas en todas las áreas.

 

Padre Celestial aquí estoy delante de ti reconociendo mi necesidad de entregarte mis cargas, esas que hasta ahora no he podido solucionar por mis propias fuerzas, para intercambiarlas por tu yugo y tu carga que es ligera y fácil de llevar. Ayúdame ahora a reorganizar cada área de mi vida de acuerdo a tu voluntad.