Cómo Te Relacionas Con Los Demás – Bobby Cruz Jr

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Jueves, 12 de mayo

 

Durante más de tres cuartas partes de mi vida he sido un seguidor de Cristo y si hay algo que he aprendido es que todo lo que Dios ha hecho por nosotros en el pasado nunca es suficiente para evitar que seamos arrastrado por la corriente de la vida. He visto a Dios de manera milagrosa sanar cuerpos, salvar familiares y hablarle directamente a las personas; así mismo he presenciado a Dios de manera palpable en mi propia vida. Y cuando Dios se manifiesta de una manera visible, palpable y tangible en nuestras vidas la reacción inmediata y natural es rendirnos y comprometer nuestras vidas a Él. Pero como comencé diciendo, he sido cristiano el tiempo suficiente como para saber que a menos que establezcamos puntos de referencia en nuestras vidas, lo que Dios ha hecho por nosotros en el pasado no es suficiente para evitar que nuestras vidas sean arrastradas por la corriente. Es por esto que necesitamos establecer puntos de referencia.

 

Cuando Nehemías y los trabajadores se dieron a la tarea de reconstruir los muros de Jerusalén no tenían la más mínima idea de la gran cantidad de desafíos y oposición que tendrían que enfrentar. Para comenzar, ninguno de ellos, incluyendo a Nehemías, tenía el talento o la capacidad que se necesitaba para reconstruir estos muros. Durante casi ciento cincuenta años muchas personas con talento habían intentado reconstruir la ciudad sin éxito alguno. Como si esto no fuese suficiente los nobles y los líderes se opusieron al proyecto. Los vecinos de los alrededores se vieron físicamente amenazados e intentaron todo lo que se les ocurrió para detener la reconstrucción. Pero en sólo cincuenta y dos días lo imposible se había hecho posible; los muros de Jerusalén habían sido reconstruidos. Entonces todos, incluyendo a sus enemigos, reconocieron que Dios había aparecido de una manera milagrosa y tangible y la reacción voluntaria del pueblo fue la de rendirse ante Dios, alabarlo y obedecerlo.

 

Algunas semanas después de haber reflexionado acerca de lo que había sucedido llegaron a la conclusión de que lo que Dios había hecho no sería suficiente para evitar que fuesen arrastrados por la corriente. Se dieron cuenta de que la razón por las que estuvieron en problemas se debió en primer lugar a que ellos y sus padres se habían alejado de las leyes de Dios. Ahora probablemente por primera vez comprendieron que las leyes de Dios eran puntos de referencia para evitar ser arrastrados por la corriente de la vida. Por lo tanto decidieron establecer tres de las leyes antiguas como puntos de referencia en sus vidas y decidieron hacerlo en un documento por escrito como un pacto entre ellos y Dios. El primero de los tres era mantener una relación adecuada con los extranjeros.

 

Una relación apropiada con los extranjeros.

Además, todos nos comprometimos a no casar a nuestras hijas con los habitantes del país ni aceptar a sus hijas como esposas para nuestros hijos. – Nehemías 10:38

 

Nehemías y el pueblo entendían que para evitar que sus vidas fuesen arrastradas por la corriente no podían seguir casándose con extranjeros. Esto no era una cuestión de racismo o de que un grupo de personas fuesen superiores a las demás; esto era cuestión de mantener sus vida ancladas a Dios. Sabían que el casarse con extranjeros fue una de las causas principales de su caída. Sabían que aún Salomón con toda su sabiduría destruyó su propia vida al casarse con una mujer extranjera. Así que decidieron que esto se convertiría en uno de sus puntos de referencia.

 

Lo mismo es cierto para nosotros hoy en día, no somos mejores que nadie, pero necesitamos entender que Dios quiere que establezcamos una relación apropiada con los no creyentes. Y esa relación debe establecerse en base a que se supone que seamos una influencia positiva en las vidas de aquellos que no creen en Dios. Dios había establecido al pueblo de Israel para ser luz a las naciones, y no para que las naciones fuesen luz para ellos. Por esto, nuestra meta al establecer relaciones con los no creyentes dondequiera que estemos es la de reflejar a Dios.

 

Padre Celestial gracias porque has hecho tanto por mí, no merezco nada y aún así Tú extiendes tu gran amor y compasión sobre mí. Y no sólo esto, sino que me alertas porque sabes que ni siquiera todo lo que haces por mí es suficiente para que yo no me vea arrastrado por la corriente del mundo. Gracias por ayudarme a establecer los puntos de referencia en mi vida que me anclan a ti. Ayúdame a cumplir el propósito tuyo cuando se trata de relacionarme con personas no creyentes, que es ser luz para ellos.