Control Propio

 

 

Control Propio

Miércoles, 21 de febrero de 2018

 

Dios verdaderamente ha bendecido a los Estados Unidos a pesar de todas nuestras imperfecciones y eso es una buena noticia. Somos la nación más rica de todos los tiempos y también somos la nación más generosa del mundo. Somos tan ricos y damos tanto que más de un millón de personas cada año cruzan nuestras fronteras por aire, tierra y mar para aprovechar nuestra generosidad. Muchos de ellos, y quizás de alguna manera todos ellos, de inmediato son favorecidos por los tantos beneficios sociales que ofrece nuestro país. La mala noticia es que a pesar de toda esa riqueza, nunca imaginarías que los Estados Unidos es una de las naciones más endeudadas del mundo. Tenemos una deuda nacional cercana a los $21 trillones y la deuda promedio de tarjetas de crédito de los hogares, excluyendo hipotecas, préstamos de automóviles y préstamos estudiantiles, se acerca a los $17,000. Más del 70% de los estadounidenses tienen menos de $1,000 en ahorros y el 50% de los estadounidenses no tienen de donde obtener $400 en caso de una emergencia. ¿Cómo puede ser que seamos la nación financiera más bendecida de todos los tiempos y a la vez estemos tan endeudados?

 

La razón por la cual tantas personas en los Estados Unidos tienen tantas deudas y poco o ningún ahorro es porque carecen de control propio. En cualquier área de la vida en la que carecemos de control propio, el resultado es que le cedemos el control a algo o a alguien más. El problema en los Estados Unidos es que no hemos demostrado control propio en nuestras finanzas y sin darnos cuenta le hemos cedido el control a una cultura y a un sistema que prioriza el consumir por encima del ahorrar. Nota que cada vez que sale un nuevo artefacto electrónico o que un nuevo diseñador lanza su última colección, la gente se pone en fila para consumir su dinero. ¿Alguna vez ha visto a la gente haciendo largas filas para depositar su dinero en sus cuentas de ahorros? No en nuestra cultura, porque hemos cedido nuestro control financiero a otros y hemos priorizado el consumir por encima del ahorrar.

 

Una persona sin control propio  es como una ciudad con las murallas destruidas.

 – Proverbios 25:28 NVI.

 

Salomón compara a una persona que carece de control propio con una ciudad cuyas murallas están destruidas. En tiempos bíblicos, cualquier ciudad que no tuviese murallas era una ciudad vulnerable y susceptible a ser atacada por todos lados. Hubo un tiempo en que las murallas de la ciudad de Jerusalén habían sido quemadas y durante muchos años la gente en la ciudad vivía con gran temor. Cada año durante el tiempo de cosechar, las bendiciones que Dios les daba se las robaban otras naciones que penetraban su ciudad por el norte, sur, este y oeste. No tenían murallas ni forma de protegerse de sus enemigos. Eso sucedió hasta que Nehemías y un grupo de hombres y mujeres decidieron reconstruir las murallas y ejercer control sobre su ciudad para proteger las bendiciones que Dios continuamente les daba.

 

En cualquier área de nuestra vida en la que carecemos de control propio nos pasa lo mismo. Dios nos bendice pero viene alguien y nos quita la bendición. En el área financiera, Dios nos bendice y la industria del consumo se lleva nuestra bendición. O peor, Dios nos bendice y los bancos y las compañías de tarjetas de crédito vienen del norte, sur, este y oeste y nos quitan nuestras bendiciones. Necesitamos reconstruir las murallas financieras de nuestra vida, necesitamos recuperar el control de nuestras finanzas para que podamos verdaderamente apreciar y disfrutar de las muchas bendiciones que Dios continuamente nos concede. ¿Como hacemos esto? Primeramente, debemos practicar el darle a Dios lo que le pertenece. Segundo, debemos priorizar el ahorrar sobre el consumir. Y tercero, debemos aprender a estar contentos y vivir del resto de nuestro dinero después de haberle dado a Dios lo de Él y de haber priorizado el ahorrar.

 

Preguntas:

 

  1. Si sumaras todos tus activos y deudas actuales, ¿tendrías más activos o deudas?
  2. ¿Cuántos meses podrías vivir de tus cuentas de ahorros en caso de una emergencia?
  3. ¿Priorizas el consumir sobre el ahorrar o el ahorrar sobre el consumir? ¿Por qué?
  4. Siendo totalmente honesto, ¿dirías que careces de control en tus finanzas?
  5. ¿Qué puedes comenzar a hacer hoy que te ayudaría a recuperar el control de tus finanzas?

 

Padre Celestial te pido que me ayudes a tener control propio en cada área de mi vida, pero hoy te pido específicamente por mis finanzas, ayúdame a nunca jamás robarte a ti lo que te pertenece, ayúdame a priorizar el ahorrar por encima del consumir y a estar contento con las grandes bendiciones que Tú me das. Gracias por la oportunidad que me das de reconstruir mis murallas financieras para que nadie me pueda quitar las bendiciones que Tú me das.