Daria mi vida por ti.

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Viernes, 22 de julio

¿Por qué estarías dispuesto a morir? Tómate un momento para responder a esta pregunta. Si somos honestos la respuesta para la mayoría de nosotros sería, “por mí mismo”. El problema es que si no tienes algo por lo cual estarías dispuesto morir no tienes nada por lo cual vale la pena vivir. Con esto no estoy diciendo que nuestras vidas no tienen valor, pero si una persona muere por sí misma ¿de qué le vale si al final termina muerto? Cuando uno muere por algo o por alguien es para salvar o mejorar las vidas de los demás. Por eso sabemos que nuestras vidas tienen gran valor, ya que Cristo entregó su vida en nuestro lugar. Pero la pregunta es, ¿por qué estarías dispuesto tú a morir?

 

Aproximadamente unos 500 años antes de Cristo hubo una muchacha huérfana llamada Jadasá, mejor conocida como Ester. Ella había nacido en el exilio bajo el reinado de Jerjes, rey de Persia. Ester, a través de una serie de circunstancias que aparentemente fueron divinamente orquestadas, termina casándose con el rey y convirtiéndose así en la reina de Persia. De huérfana hebrea exiliada pasó a ser la esposa del hombre más poderoso de la tierra. De no tener nada a tenerlo todo, de ser pobre a rica, de no ser importante a ser reina.

 

Hay una parte importante de esta historia que no te he mencionado, cuando Ester se casa con el rey Jerjes nunca le dice a él que era de origen hebreo. Un día, después de haber sido la reina durante algún tiempo, sale un edicto declarando que todos los hebreos que vivían en Persia debían ser exterminados. Cuando Mardoqueo, el primo mayor que se encargó de su crianza al quedar huérfana, se entera del edicto le envía el siguiente mensaje a Ester:

 

Ester 4:13-14 NVI

“No te creas que por estar en el palacio escaparás cuando todos los demás judíos sean asesinados. Si te quedas callada en un momento como este, el alivio y la liberación para los judíos surgirán de algún otro lado, pero tú y tus parientes morirán.”

 

Mardoqueo le está pidiendo a Ester que arriesgue su posición, su reputación y literalmente su vida por el pueblo hebreo. Y después de una cuidadosa consideración y oración Ester se presenta ante el rey Jerjes para abogar por la vida del pueblo hebreo sabiendo que ella misma podía perder la suya. Pero esto era algo por lo cual Ester estaba dispuesta a morir. Y tú, ¿por qué estás dispuesto a morir?

 

La buena noticia es que para la gran mayoría de nosotros hoy en día Dios no nos está pidiendo que muramos físicamente. Pero Él nos pide que consideremos a los demás y estemos dispuesto a dejar a un lado nuestras agendas, sueños y deseos para tomar algunos riesgos y sacrificios con el fin de beneficiar a otros. No sólo a nuestros familiares y amigos, sino también a aquellos que no son familia ni amigos pero viven a nuestro alrededor. Tal vez es hora de que te conviertas en voluntario de tu iglesia local y entregues un poco de tu vida; tu tiempo, recursos, talentos y habilidades para el beneficio de los demás.

 

Padre Celestial gracias por el ejemplo que me dejaste a través de Ester, gracias porque puedo ver no sólo lo que ella estuvo dispuesta a hacer por obediencia a ti, sino tu gran fidelidad, puedo ver que cuando estoy dispuesto a morir por otros no sólo ellos terminan siendo bendecidos, sino que yo también, mientras Tú te llevas toda la gloria que mereces.

 

Ponerte en los zapatos de Ester significa vivir por algo por lo cual estarías dispuesto a morir.