Deuda Cancelada

 

 

Martes 20 de noviembre de 2018

 

Cuando una pareja permite que sus expectativas den forma a su matrimonio, han creado una relación de deuda y deudor una relación que se parece más a un contrato entre dos personas que a un pacto entre ellas. Un contrato es de autoservicio y está destinado a proteger el interés personal del individuo, pero un pacto prioriza la relación y valora el interés de la otra persona. En una relación de deuda y deudor, nadie siente que son lo suficientemente buenos y, de manera lenta pero segura, las expectativas que viene con el contrato ahogan el amor y la alegría. ¿Entonces, que podemos hacer para transformar la relación de contrato a pacto? Negar tus expectativas no funcionará. Pero, si vuelves a colocar tus expectativas en la categoría de deseos y sueños, estarás caminando hacia una relación de pacto. Para llegar allí, en algún momento tendrás que decidir que tu pareja no te debe nada y que tú le debes todo.

 

Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo.- Efesios 5:21 NIV

 

El primer paso hacia una relación de pacto es la sumisión mutua. La sumisión mutua significa que vas a priorizar los deseos y sueños de tu pareja por encima de los tuyos. Esto es radicalmente diferente a la manera en que la mayoría de los matrimonios se conducen. Pero piensa por un momento e imagínate cómo esta manera de conducir tu matrimonio va a eliminar los conflictos que traen las expectativas, especialmente cuando son contrarias. En lugar de que cada uno abogue por lo que quiere o en vez de enojarse porque no están obteniendo lo que esperaban ahora, están buscando voluntariamente cumplir los sueños y deseos el uno del otro.

 

Para las esposas, sumisión el uno al otro luce así:

 

Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor.- Efesios 5:22 NVI

 

Recuerda que es sumisión mutua, todos son iguales en la relación. Esta es solo una descripción de cómo debería lucir la sumisión mutua. Para la esposa, la meta es priorizar los sueños y deseos de su esposo, como si estuviese priorizando al Señor mismo. Aunque sabemos que ningún hombre es el Señor. No porque tenga que hacerlo y no porque eso es lo que su marido espera, sino más bien porque ella voluntariamente elige entrar en una relación de pacto en la que valora los sueños y deseos de su esposo.

 

Para los esposos, sumisión el uno al otro luce así:

 

Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella.– Efesios 5:25 NIV

 

En la sumisión mutua el esposo debe priorizar los deseos y los sueños de su esposa por encima de los suyos propios, haciendo que su meta sea amar a su esposa tal como Jesús amó a la iglesia. ¿Quién es la iglesia? La Biblia llama a la iglesia o a las personas que la conforman la novia/esposa de Jesús. ¿Sabes cuánto amó Jesús a su iglesia? La amó tanto que renunció a su vida de Señor y se hizo esclavo y murió por la iglesia, aun cuando la iglesia estaba lejos de Dios. Incluso cuando la iglesia estaba en enemistad con Dios.

 

 

La meta en el matrimonio es la sumisión mutua, una relación de pacto no contractual, en la que los sueños y deseos de uno son la prioridad más importante del otro. Una relación en la que no hay expectativas y en el que se cancelan todas las deudas.

 

Padre Celestial ayúdanos como pareja a cambiar nuestra relación de contrato a pacto, una relación en la que cada uno de los dos está dispuesto a priorizar los deseos y sueños del otro, ese es el ejemplo maravilloso que Tú nos enseñas amado Jesús, cuando aun siendo Dios te hiciste esclavo y moriste por amor a nosotros. Gracias por la oportunidad que tenemos ambos de someternos mutuamente y así cambiar nuestro matrimonio para siempre.