Emanuel
Lunes, 18 de diciembre
En los tiempos de la Biblia, ponerle nombre a un niño no era como lo es hoy en día, ahora la gente busca los nombres que estén de moda, o nombres diferentes que de alguna manera ayuden a sus hijos a sobresalir. En los tiempos bíblicos cuando se le daba el nombre a un niño era más bien como una etiqueta que identificaría y definiría al niño. Por ejemplo, el nombre de Adán significa terrícola o terrenal y proviene de la palabra hebrea que significa tierra. El nombre de Adán no sólo lo identificaba sino lo definía. Esto quiere decir que los nombres de las personas no se les daban exclusivamente para identificarlas, sino también para definirlas.
Si eres padre, tal vez puedas recordar lo difícil que puede haber sido para ti encontrar el nombre adecuado para tu hijo o hija. Recuerdo lo difícil que fue cuando mi esposa y yo tuvimos que buscarle nombre a nuestro primer hijo varón. No sólo queríamos que su nombre lo identificara, esperábamos que de alguna manera el nombre que le diésemos lo definiera a él también. Así que miramos una larga lista de nombres, algunos nos gustaban y otros no. Pero entre todos los nombres que vimos no podíamos encontrar un nombre que identificara y definiera a nuestro hijo. Así que elegimos llamarlo Robert. ¿Por qué Robert? En primer lugar, porque ese era mi nombre de pila, pero lo segundo y más importante es que Robert es el nombre que me define a mí. A mí me dieron el nombre de mi padre, el hombre que más ha influenciado y definido mi vida. Así que a mi primer hijo varón le pusimos el nombre Robert Cruz III con la esperanza de que su nombre serviría tanto para identificarlo como para definirlo. Unos años más tarde, mi esposa dio a luz a nuestro segundo hijo varón. ¿Y ahora qué hacemos? Después de pasar a través de otra larga lista de nombres decidimos llamarlo, Giordan Robert Cruz. Nos gustó el nombre Giordan, pero esperábamos que Robert fuera el nombre que definiera quién él era y en quien se convertiría.
Ahora imagina ser los padres físicos del Hijo de Dios. Imagínate la tarea de darle un nombre que tanto lo identificaría y definiría. La buena noticia para José y María fue que ellos no tuvieron que asumir esa tarea, Dios mismo se encargó de ponerle el nombre a su Hijo, un nombre que no sólo lo identificaría sino que también lo definiría. Dios decidió que se llamaría Jesús, porque Él iba a venir como nuestro Salvador. Él sería llamado Emanuel como un recordatorio constante de que no hay por qué temer a nada ni a nadie, porque “Dios está con nosotros”.
Mateo 1: 20-23 NVI
José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: “La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel”, que significa Dios con nosotros.
Padre Celestial que bueno es saber que tenemos un Salvador cuyo nombre nos recuerda en todo momento que El siempre está con nosotros, que no nos abandona ni nos desampara. El nombre de tu amado Hijo Jesús lo define y lo identifica como nuestro Salvador inseparable, perfecto y amoroso.
Robert Cruz Jr.
Bobby Cruz Jr. became Senior Pastor of CDA Miami in 1999, continuing the work that his father, Bobby Cruz began in 1980. Bobby Jr. is an engaging speaker whose passion is to lead people in a growing relationship with Jesus. He has five children and he lives with his wife Ana in Doral, FL.