Dios o el dinero?

 

 

Martes, 14 de agosto, de 2018 

 

Se dice que los hombres piensan en dinero cada siete segundos y que las mujeres no se quedan muy atrás. Un estudio realizado por la cadena de noticas CNBC revela que la mayoría de los estadounidenses piensan en el dinero más que en cualquier otra cosa. La encuesta también concluyó que las personas mientras más van avanzando en edad más se preocupan por el dinero. Quizás es por esto que hay tantos seminarios, talleres y libros sobre las finanzas que prometen ayudarnos a producir más dinero. Y esto se debe a que las personas están más dedicadas a hacer dinero que prácticamente cualquier otra cosa. No nos debería extrañar entonces que la mayoría de las iglesias tiendan a hablar acerca del dinero más que de cualquier otro tema y tampoco nos debería extrañar que la mayoría de las personas que asisten a las iglesias a menudo llegan buscando prosperar más que cualquier otra cosa. Y es que la gente está entregada al dinero.

 

La Biblia tiene mucho que decirnos sobre el dinero; de hecho, la Biblia habla más del dinero que del amor, la familia, el cielo, la espiritualidad y todos los demás temas. Pero hay una gran diferencia entre lo que la Biblia nos dice y lo que aquellos que prometen enriquecernos nos enseñan. Es más, existe una enorme diferencia entre lo que la Biblia nos dice sobre el dinero y lo que nos están predicando la mayoría de las organizaciones religiosas. Basta con mirar lo que Jesús tenía que decir acerca de la devoción de la gente hacia el dinero:

 

Mateo 6: 24-34 NVI

Versos clave: 24, 31-34

“Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas”.

 

Como creyentes nuestra principal devoción debe ser tener una relación con Dios en la cada día lo conozcamos más y más, pero muchos creyentes sólo ven a Dios como el genio de la lámpara, que si frotan la botella tres veces el genio sale y les concede sus deseos. Hoy en día muchas de las personas que asisten a las iglesias cantan algunas canciones, dan unos pocos dólares, escuchan un mensaje y luego esperan que Dios les conceda su petición de tener riquezas y prosperidad. Sus corazones no están dedicados a Dios, sino más bien a la búsqueda de las riquezas y la prosperidad. Pero luego viene Jesús y nos dice a todos que esto imposible, que no podemos servir a Dios y a las riquezas a la misma vez.

 

En el presente al igual que cuando Jesús estuvo en la tierra, para muchos la casa donde viven, la ropa que se ponen y el auto que manejan es la principal preocupación, sin embargo mira lo que Jesús nos dice:

 

Mateo 6: 31-34 NVI

Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?” Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.

 

Tendrás que escoger: o te dedicas a la búsqueda del Reino de Dios o a la búsqueda del dinero, pero no puedes dedicarte a ambos, ya que son mutuamente absolutistas, no importa lo que otros digan. No porque yo lo digo, sino más bien porque Jesús lo dice. Jesús dice que las personas que no conocen a Dios (los paganos) se preocupan por estas cosas. En cuanto a nosotros se supone que debemos buscar el reino de Dios, que es su agenda para nuestras vidas, así como su justicia, que es la formación del carácter de Jesús en nosotros; y entonces Él mismo se encargará de añadir aquellas cosas por las cuales tanto nos preocupamos.

 

Padre Celestial quiero servirte a ti, quiero cada día de mi vida conocerte más y más, ayúdame a no ser como las personas que no te conocen, que corren detrás del dinero y te buscan a ti para que los prosperes; te pido perdón por cada vez que he hecho esto, ya sea de una manera consciente o inconsciente, gracias Jesús, porque Tú guías mis pasos para estar en el camino que me lleva a ti desde ahora y hasta la eternidad.