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Miércoles, 21 de octubre

Pasión

Richie Ray, un pianista mundialmente reconocido y ganador del premio Grammy nunca será recordado como uno de los mejores atletas de nuestro tiempo, pero sí será siempre recordado como uno de los pianistas de música latina más influyente, talentoso y apasionado de todos los tiempos. Hace muchos años le pregunté lo que él considera que fue el secreto de su éxito. Y procedió a decirme cómo su padre le obligaba a desarrollar sus talentos para que se convirtiese en un estudiante disciplinado de la música. Mientras que los otros niños del barrio estaban jugaban diferentes deportes, Richie practicaba en el piano a veces hasta ocho horas al día. Pero con el tiempo lo que empezó como una obligación se convirtió en un hábito, una obsesión y un estilo de vida lleno de pasión. Esta es la ventaja de una vida disciplinada.

Disciplinado, indisciplinado

La disciplina es crear el hábito de hacer lo que debes hacer en lugar de lo que quieres hacer. Lo bueno es que una vida disciplinada siempre te conducirá al progreso, aunque lo hagas con una mala disposición. El problema para muchas personas hoy en día es que viven estilos de vida indisciplinados; escogiendo hacer lo que quieren en vez lo que deberían hacer. Un estilo de vida indisciplinado siempre nos dejará con remordimientos y con vidas inconsistentes, siempre en busca de lo próxima “que quiero” pero carente de pasión. Esa es la consecuencia de una vida indisciplinada.

Espiritualmente Disciplinado

Vivimos en una generación en donde muchos de los seguidores de Jesús viven vidas indisciplinadas. Muestran más pasión por lo temporal, como, la última moda, celebridades, políticos o rutinas de ejercicios, que la pasión que muestran por Dios. Pero Dios quiere usar las disciplinas espirituales en nuestras vidas para acercarnos más a Él, y para bendecir tu vida más allá de lo que pides o puedes entender.

Permíteme sugerirte dos disciplinas espirituales que si las pusieses en práctica constantemente tendrían el poder de transformar tu vida. Primero, crea el habito de consistentemente orar y leer la Biblia. Y segundo, crea el hábito espiritual de dar de tus talentos, habilidades y dinero para el beneficio de los demás. ¿No es esto lo que deberíamos estar haciendo?

1 Timoteo 4: 6-7 LBLA

Pero nada tengas que ver con las fábulas profanas propias de viejas. Más bien disciplínate a ti mismo para la piedad; porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura.

Todas las disciplinas necesita una decisión previa, primero necesitas decidir el lugar y la hora que vas a desarrollar tus disciplinas espirituales y luego tienes que decidir ser consistente en tus disciplinas. Recuerda que la mayoría de las disciplinas comienzan como una carga, ya que tienden a ser algo que sabemos que debemos hacer pero no necesariamente queremos hacer. Pero también me gustaría que recordases que lo que comienza como una obligación con el tiempo se convierte en un hábito, una obsesión y eventualmente un estilo de vida lleno de pasión.

Padre Celestial quiero vivir mi vida llena de pasión por ti, por tu Reino, por todo lo que tienes para mi vida. Ayúdame a ser disciplinada dándole a los demás mis talentos, habilidades y el dinero que pones en mis manos para bendecir a otros. Gracias porque me enseñas que la piedad es provechosa para mi vida ahora y siempre.