El Amor Ojo Por Ojo

Las personas a quienes amamos y la manera en que las amamos casi siempre es reaccionario. Tenemos la tendencia de amar a aquellos que piensan como nosotros. También tendemos a reaccionar y responder a los demás de acuerdo a como ellos actúan y responden a nosotros. Si tú me respetas yo te respeto, si eres bueno conmigo yo soy bueno contigo. Yo le llamo a esta manera de amar, “el amor ojo por ojo”.

Lucas 6:27-36 TLA

»Escuchen bien lo que tengo que decirles: Amen a sus enemigos, y traten bien a quienes los maltraten. A quienes los insulten, respóndanles con buenas palabras. Si alguien los rechaza, oren por esa persona. Si alguien les da una bofetada en una mejilla, pídanle que les pegue en la otra. Si alguien quiere quitarles el abrigo, dejen que también se lleve la camisa. Si alguien les pide algo, dénselo. Si alguien les quita algo, no le pidan que lo devuelva.Traten a los demás como les gustaría que los demás los trataran a ustedes.»Si sólo aman a la gente que los ama, no hacen nada extraordinario. ¡Hasta los pecadores hacen eso! Y si sólo tratan bien a la gente que los trata bien, tampoco hacen nada extraordinario. ¡Hasta los pecadores hacen eso!Si ustedes les prestan algo sólo a los que pueden darles también algo, no hacen nada que merezca ser premiado. Los pecadores también se prestan unos a otros, esperando recibir muchas ganancias.»Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. Si lo hacen, el Dios altísimo les dará un gran premio, y serán sus hijos. Dios es bueno hasta con la gente mala y desagradecida. Ustedes deben ser compasivos con todas las personas, así como Dios, su Padre, es compasivo con todos.»

No es un secreto que las personas que amamos y cuánto las amamos está mayormente ligado a la manera en que ellos actúan con nosotros. Parece ser que hemos sido programados para amar según la manera en que respondemos el uno al otro. Por mucho tiempo pensé que había algo malo conmigo porque pensaba que lo que Dios quería es que amase a las personas si se lo merecían o no. Amar a los demás de esa manera me parecía injusto e imposible. Y ni mencionar que esto me hacia sentir como un hipócrita. La buena noticia es que Dios no quiere que nuestro amor a los demás esté fundamentado en como reaccionamos a ellos o ellos reaccionan a nosotros. Mas bien, Dios quiere que amemos a los demás en base al amor de El por nosotros. Es simple, a quienes amamos y cuánto los amamos debería ser una reacción directa a la manera en que Dios nos ama y sigue amándonos a nosotros.

Padre Celestial ayúdame a amar a las personas basado en ese amor que Tú me extiendes a mí y no como una reacción de quienes ellos son o como me tratan. Gracias porque cada día tú me haces sentir amado y tu amor no lo basas jamás en quien yo soy sino más bien en quien Tú eres.