El Hijo de Dios Por encima de todo

Martes,18 de marzo

Pocas veces puedo recordar una película después de unos pocos meses que la veo, pero hace unos diez años vi una película en la que hay una escena que probablemente nunca olvidaré. La película se llama “The Cinderella Man”. Es una historia basada en la vida de James Braddock, un boxeador que se ve obligado a abandonar el boxeo después de quebrarse la mano en un combate. La historia se lleva a cabo a principios de 1930, justo en el medio de la gran depresión. James Braddock, como tantos otros millones de estadounidenses, lo había perdido todo y tenía dificultad para encontrar trabajo. La situación se puso tan mal que muchos días él no era capaz de poner comida en la mesa para alimentar a su esposa y a sus tres niños pequeños. Un día, después de pasar horas buscando trabajo, James vuelve a su casa para descubrir que su hijo Jay se había robado un salchichón de la carnicería local. James se molestó y le dijo a su hijo que agarrará el salchichón y que le siguiera hasta la carnicería para devolverlo. Después de que lo habían devuelto, Jay le explica a su padre la razón por la que él se lo había robado. Le dijo a su padre que uno de sus amigos se lo habían quitado a sus padres y enviado a otro estado porque sus padres no tenían suficiente dinero para darle de comer. En este momento, James se inclina hacia su hijo y cara a cara con voz firme pero suave y amorosa le dice a su hijo: “Es correcto, las cosas no están fáciles, pero el que las cosas no estén fáciles no es una excusa para tomar lo que no es tuyo, porque eso es robar y pase lo que pase nunca robamos, nunca”.

En la lectura de hoy encontramos a Jesús saliendo de un ayuno de cuarenta días y la Biblia nos dice que tenía hambre. Y se le aparece el diablo para tentarlo, diciéndole, si eres el Hijo de Dios transforma estas piedras en pan. La tentación no era hacer algo que de por sí era malo. No hay nada de malo en suplir tus necesidades. Por el contrario, eso es ser responsable. El problema es que el diablo es un experto en tentarnos para que saquemos nuestras prioridades de orden colocando lo que es importante, nuestras necesidades, por encima de lo que es más importante: Dios. Por eso, la respuesta de Jesús al diablo es que el pan es una necesidad pero hay algo más importante que el pan, Dios. ¿Te das cuenta? Jesús mismo fue el que dijo en el Sermón del Monte que no deberíamos preocuparnos por donde vamos a vivir, con qué vamos a vestir o lo que vamos a comer. Él dijo que debemos buscar primero a Dios y confiar en Él para a suplir nuestras necesidades. Entonces, ¿cómo puede Jesús ahora permitir que el diablo le tiente para colocar su necesidad por encima de Dios?

Jesús no estaba enseñando el vivir una vida irresponsable, lo que Él nos estaba enseñando es que Dios debe ser nuestra prioridad más importante. Vivimos en una cultura que prioriza las necesidades por encima de los principios y valores. Hoy asistimos a iglesias que priorizan las necesidades por encima de los principios y valores. Y la tentación para cada uno de nosotros es real, la tentación de poner nuestras necesidades por encima de Dios, nuestro trabajo por encima de Dios, de colocar los negocios por encima de Dios. Y luego decimos cosas como que Dios entiende porqué no pude asistir a la iglesia, o porque no tengo tiempo para servir, ni para orar ni para leer mi Biblia, etc. Después de tanto tiempo el diablo nos tienta y caemos en el mismo viejo truco. No es la tentación de hacer algo malo, sino más bien es la tentación de cambiar nuestras prioridades para tomar algo importante, nuestras necesidades y darles prioridad por encima de lo que es más importante, Dios. Voy a terminar utilizando las palabras de James Braddock, “Es correcto, las cosas no están fáciles, pero el que las cosas no estén fáciles no es una excusa para priorizar nada por encima de Dios,

Lectura de la Biblia
Lucas 4:1-4 NVI

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto. Allí estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre. Si eres el Hijo de Dios, le propuso el diablo, dile a esta piedra que se convierta en pan. Jesús le respondió: Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre.”


Padre Celestial vivo en un mundo donde las prioridades están fuera de orden, ahora más que nunca es lo que rige la cultura donde me desenvuelvo y no es fácil. Ayúdame a confiar en ti, que yo siempre te ponga a ti primero que cualquier otra necesidad en mi vida, porque el que las cosas estén difíciles no me da ningún derecho de no hacer lo que yo sé que es correcto, ponerte a ti por encima de todo.