El lugar correcto
Miércoles, 17 de enero de 2017
Hace algunos años tuve el privilegio de conocer al famoso productor de música Dave Foster. Recuerdo haberle preguntado sobre su trabajo con la cantante Celine Dion y su show con el Cirque du Solei en Las Vegas. Hacia el final de nuestro breve encuentro, gentilmente se volvió hacia mí y me dijo: déjame darte el número de teléfono de mi oficina en Las Vegas. Si alguna vez te encuentras en la ciudad, llama a este número y haremos los arreglos necesarios para darte boletos. Unas semanas más tarde mi hijo y yo estábamos en Las Vegas e intentamos comprar boletos para el Show de Celine, pero estaban agotados hasta el siguiente año. Entonces, recordé la oferta que me había hecho el señor Foster y llamé a su oficina para ver si me podían ayudar. Después de una breve conversación, uno de sus asistentes me dijo, no hay problema Bobby. Te puedo conseguir asientos en la primera fila o justo al frente de los ingenieros de sonido, ¿cuáles prefieres? Recuerdo que inmediatamente pensé que quería los asientos de la primera fila, pero me sentí un poco apenado, así que le respondí, ¿cuáles me recomiendas? Y me contestó “ Los asientos frente al sonidista son los mejores si quieres experimentar plenamente el espectáculo. Bueno, afortunadamente acepté su consejo y debo decir que fue increíble. Todos en el teatro experimentaron el espectáculo, pero mi hijo y yo lo experimentamos desde el mejor punto de vista.
Lo mismo se puede decir acerca de nuestra relación con Dios. Muchos creyentes experimentan a Dios mientras conducen sus automóviles o en su lugar de trabajo, escuchando un mensaje de algún predicador o música de alabanza y adoración. Mientras que otros lo experimentan solamente los domingos o en ocasiones especiales. La verdad es que no hay absolutamente nada de malo con eso. Pero lo que muchos creyentes no saben es que Dios tiene los mejores asientos reservados para ellos. Un lugar posicionado estratégicamente para experimentar a Dios de la manera más íntima y personal.
Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. – Mateo 6: 6 NVI
Al buscar a Dios, no es suficiente programar el tiempo apropiado, también deberíamos buscar el lugar apropiado. Necesitamos encontrar nuestro “Espacio Sagrado” y cerrar la puerta para pasar tiempo a solas con Dios. Para cada uno de nosotros, ese espacio sagrado es diferente. Algunos se conectan con Dios en una habitación oscura. Otros se conectan con Dios en la naturaleza. Conozco personas que oran dentro de un closet, otros frente al mar, o en sus escritorios e incluso en el baño. Algunos bajan las luces, otros encienden velas, algunos oran bajo las estrellas, otros oran con la salida del sol. Algunos utilizan música de alabanza y adoración cuando oran mientras que otros buscan a Dios en el silencio total. Para cada uno de ellos, el tiempo, el lugar y la manera como se conectan son diferentes. Pero para cada uno de ellos ese es el lugar donde mejor experimentan a Dios.
Una vez que hayas programado tiempo para orar, también debes seleccionar el mejor lugar para orar.
- Selecciona el lugar donde te sientas más cómodo y seguro.
- Crea el ambiente que te ayude a enfocarte en Dios.
Preguntas:
- ¿Tienes un lugar específico donde te encuentras con Dios?
- ¿Dónde es que encuentras que mejor experimentas a Dios?
- ¿Dónde te sientes más cómodo orando?
- ¿Qué puedes hacer para crear un ambiente que te ayude a conectarte con Dios?
Padre Celestial, quiero posicionarme en el lugar perfecto para poder experimentar al máximo mi encuentro contigo, no quiero perderme de nada, por eso sé que no sólo tengo que programar el tiempo correcto sino también el lugar para conectarme contigo, ese lugar sagrado donde puedo entrar en tu presencia y enfocarme sólo en Ti.
Robert Cruz Jr.
Bobby Cruz Jr. became Senior Pastor of CDA Miami in 1999, continuing the work that his father, Bobby Cruz began in 1980. Bobby Jr. is an engaging speaker whose passion is to lead people in a growing relationship with Jesus. He has five children and he lives with his wife Ana in Doral, FL.