El poder de una relación

 

 

 

El poder de una relación

Lunes, 22 de enero de 2018

 

 

El presidente de una corporación quiere promover a uno de sus empleados, varias personas calificadas de la empresa se postularon para el puesto y entre ellas se encuentra su mejor amigo. ¿A quién piensas que le van a dar la posición? A un comprador de una firma de abogados se le encomendó la responsabilidad de comprar cien computadoras. De las tres empresas finalistas que presentaron propuestas el vendedor de una de ellas asistió a la universidad con el comprador de la firma. ¿A quien piensas que le dieron el contrato?  Las calificaciones y los precios son factores determinantes, pero las relaciones hacen la diferencia.

 

Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre – Mateo 6: 6 NVI

Ustedes deben orar así: “Padre nuestro…” – Mateo 6: 9 NVI

 

Hace unos dos mil años, cuando la gente escuchaba a Jesús hablar los versículos de la Biblia que acabas de leer, tuvieron que estar aturdidos, asombrados, confundidos y llenos de incredulidad. Porque antes de eso, en ningún momento de la historia nadie se atrevía a dirigirse a Dios como Padre. En el Antiguo Testamento, Sus nombres eran descriptivos de Sus títulos y atributos. Como; El Shaddai, Señor Dios Todopoderoso. Jehová Shalom, el Señor es paz. Jehová Rapha, el Señor sana. O Jehová Jireh, el Señor proveerá. Estos son algunos de los nombres que describían y aún describen a Dios, pero ninguno de ellos describía una relación íntima. Más bien mostraban una interacción entre el Creador y Su creación. Pero, cuando Jesús dijo, “cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre…” Esto fue algo increíble y totalmente revolucionario, que el Creador no se dirige a nosotros como Su creación sino más bien como Sus Hijos. La triste verdad es que muchos creyentes aún no han recibido el mensaje. Muchos aún se dirigen a Dios en base a Sus títulos y atributos, pero pocos vienen ante Él como un hijo vendría ante un Padre amoroso.

 

Por los muchos logros de mi padre terrenal en la industria de la música, los músicos lo llaman maestro. Otros lo llaman pastor, porque por años los pastoreó. Y otros lo llaman apóstol, porque ha abierto muchas iglesias a través del mundo. Pero a pesar de que todos estos atributos son ciertos, yo no lo llamo maestro o pastor, tampoco lo llamo apóstol. Yo lo llamo por un nombre mucho mejor, lo llamo papá.

 

¡Qué gran bendición! puedo llamar al maestro, pastor y apóstol, papá. Pero aún más sorprendente es que cada uno de nosotros hemos sido invitado a llamar al Dios Todopoderoso, al Señor de la paz, al Señor Sanador y al Señor Proveedor, mi Padre Celestial. Y porque Él es nuestro Padre, Él siempre está disponible para Sus hijos y nunca necesitarás una cita. Por cierto, no sé si te percataste de que tu Padre Celestial es el Señor Dios Todopoderoso.

 

  1. ¿Alguna vez has salido beneficiado o has obtenido una ventaja simplemente por tu relación con una persona?
  2. ¿Cómo principalmente te diriges a Dios? ¿por Sus títulos o como Padre?
  3. Cuando te diriges a Él como Padre, ¿son sólo palabras o te das cuenta de las implicaciones?
  4. ¿Cuáles son algunas de esas implicaciones?
  5. ¿Qué ventajas tenemos nosotros sobre las personas y los héroes antes de Cristo, siendo que ellos no llegaron a relacionarse con Dios como su Padre Celestial?
  6. ¿Cómo cambiaría tu conversación con Dios si te dirigieras completamente a Él como tu Padre Celestial?

 

Padre Celestial que bueno es ir delante de ti sabiendo que soy tu hijo, que puedo acercarme con toda la confianza que existe en una relación íntima de Padre a hijo, y aunque te mereces los mejores títulos y toda la honra y la gloria, el saber que esa es la relación que tenemos los dos cambia todo, porque para mí no eres un Dios distante, sino un amoroso Padre que siempre tiene sus brazos abiertos para recibirme con Su gran amor.