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Jueves, 06 de agosto

 

Las Ansiedades

Vivimos en un mundo lleno de ansiedades; a nivel individual muchas personas sufren de ansiedad debido a problemas en sus relaciones, finanzas y salud. A nivel nacional las personas sufren de todo tipo de ansiedades de carácter social sin importar su género, raza, religión, edad, opiniones políticas, profesión, posición y condición económica, sin lugar a dudas todos están ansiosos por algo. A nivel global la gente está ansiosa por las guerras, el terrorismo, los cambios climáticos y tantas cosas más. Probablemente por eso se dice que la ansiedad es la enfermedad del siglo 21. Algunos psiquiatras dicen que los desórdenes causado por la ansiedad en la actualidad constituyen los problemas de salud más alarmantes a través de todo el mundo.

Quiero ser feliz

La manera en que yo lo veo sin ser un experto en la materia, es que lo que parece ser la causa de tantas ansiedades es precisamente la búsqueda de la felicidad. Todo el mundo quiere ser feliz. El problema es que la felicidad es efímera y transitoria como las nubes en el cielo. La felicidad está aquí hoy y ya mañana no está, Lo qué te hizo feliz ayer ya no te hace feliz hoy y lo que te hace feliz hoy, probablemente no te hará feliz mañana. Un día recibimos una buena noticia y la celebramos pero al día siguiente la buena noticia es opacada por malas noticias y se acabó la celebración. A mí me parece que la búsqueda de la felicidad es un callejón sin salida.

Falsas Expectativas

Para muchos, el problema es que viven con falsas expectativas de creer que las cosas externas pueden hacerlos felices y sí lo hace momentáneamente, pero la felicidad siempre es efímera y temporal. También tenemos falsas expectativas acerca de Dios, expectativas que no se basan en la teología sino más bien en una opinión personal. La opinión personal que dice que Dios nunca permitiría que algo malo me sucediese a mí. Yo siempre digo que si Dios permitió que su Hijo Jesús muriera en una cruz para salvarme, ¿qué me haría pensar que Dios no va a permitir que me sucedan cosas malas si fuesen necesarias para salvarme? ¿No es curioso que todo el mundo va corriendo tras la felicidad y nadie parece estar realmente feliz?

Gozo

Mientras vayas corriendo tras la felicidad nunca vas a encontrar lo que realmente necesitas, gozo. Mientras que la felicidad es condicional, ya que depende de las circunstancias, el gozo no es así. Porque el gozo es algo que sucede dentro de nosotros, sin importar cuáles sean las circunstancias que nos rodean. Nuestro Padre Celestial, a sabiendas de que en este mundo los momentos difíciles serían parte de la vida, nos ofrece algo mejor que alegría temporal, nos ofrece el regalo del gozo. El gozo es la completa seguridad de que Dios está en control de todos los detalles de mi vida. El gozo es la confianza de que todas las cosas trabajan para el beneficio de aquellos que aman a Dios, las cosas buenas y las malas. El gozo es el poder intencional de elegir alabar a Dios, sin importar lo que esté sucediendo. El gozo es la capacidad de sonreír, aun cuando atravesamos grandes dolores. El problema es que el gozo no es algo que se puede obtener por tu propia cuenta porque el gozo es un fruto que sólo puede ser producido por el Espíritu Santo de Dios en la persona. La buena noticia es que el gozo está disponible para todo el que decide buscar a Dios en lugar de la felicidad y conectarse a Él.

Gálatas 5:22 NVI

En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, gozo…

 ¡Padre Celestial gracias por el gozo que proviene de ti! Que libertad tan grande es saber que puedo estar lleno de gozo sin importar las circunstancias que esté atravesando, porque estoy seguro de que Tú estás en control de mi vida. Ayúdame a siempre vivir lleno de gozo y a no ir detrás de una felicidad que es temporal.